domingo, 3 de enero de 2021

3.-La comuna de Ñuñoa.-a

 

Campo de azur losanjeado por líneas de oro, con una flor de liz del mismo metal en cada losanje, que son las armas del conquistador don Juan Jofré de Loaysa, primer propietario hispano de la región; jefe de plata con cuatro toquis o hachas de piedra de gules, colocada de posición de palos, en homenaje a los húlmenes de Ñuñoa, Tobalahue (Tobalada), Macul y Penilolen (Peñalolén), que a la llegada de los castellanos eran los señores naturales de los sectores que actualmente conservan sus nombres. Bordera de azur, con ocho veneras de oro, tomadas del blasón metropolitano, por pertenecer a la gran ciudad de Santiago. Timbre: la corona mural de oro de las municipalidades de Chile.

Ñuñoa (en mapudungun: ñuñowe, ‘lugar de ñuños’) es una comuna ubicada en el sector nororiente de la ciudad de Santiago, capital de Chile. Sus límites son: al norte y poniente con Providencia, al sur con Macul, al poniente con Santiago, al surponiente con San Joaquín, al suroriente con Peñalolén y al oriente con La Reina. Las calles que la limitan son al norte calle Malaquías concha y Avda. Eliecer Parada , al sur Rodrigo de Araya, al oriente Américo Vespucio y al poniente Avda. Vicuña Mackenna . Tiene una superficie de 16,9 km² y según el censo del año 2002 sumaba 163 511 habitantes, mientras que según el censo del año 2017 son 208 237 habitantes, aumentando en un 27,3 % en diez años.
La comuna es reconocida por ser una de las comunas con mayor calidad de vida de Santiago,2​3​ también es catalogada como una de las más seguras de Chile y su índice de desarrollo humano es uno de los más altos del país.
Ñuñoa alberga la mayor cantidad de profesionales con estudios universitarios de Chile (18,11 % del total de profesionales del país) y está compuesta fundamentalmente por grupos socioeconómicos medios y altos.

scudo de Ñuñoa, Chile: Campo de azur losanjeado por líneas de oro, con una flor de liz del mismo metal en cada losanje, que son las armas del conquistador don Juan Jofré de Loaysa, primer propietario hispano de la región; jefe de plata con cuatro toquis o hachas de piedra de gules, colocada de posición de palos, en homenaje a los húlmenes de Ñuñoa, Tobalahue (Tobalada), Macul y Penilolen (Peñalolén), que a la llegada de los castellanos eran los señores naturales de los sectores que actualmente conservan sus nombres. Bordera de azur, con ocho veneras de oro, tomadas del blasón metropolitano, por pertenecer a la gran ciudad de Santiago. Timbre: la corona mural de oro de las municipalidades de Chile.

Historia

Al pueblo de indios de Ñuñohue se le llamó así por encontrarse en el centro de la comarca del mismo nombre, en la actual Plaza Ñuñoa. El cacique de este pueblo era Longomavico o Aponchonique, y de él dependían los caciques subalternos Malti y Tocalevi, que eran sus hermanos. Pedro de Valdivia repartió entre sus principales compañeros los rancheríos indígenas en el territorio que genéricamente lo denominaban Ñuñoa.
Se establecieron entonces encomiendas en los rancheríos de Apokintu, Butacura, Macul, Ñuñoa y Tobalahue.4​ Las de Macul y Ñuñoa fueron concedidas a Juan Jofré, y posteriormente pasaron a su hijo Luis. Ya en el siglo XVII, el pueblo de Ñuñoa no existía como pueblo indígena y la encomienda se encontraba extinta. La hermosura de las tierras ñuñoínas, su fertilidad y el regadío que en muchos de sus sectores habían introducido los indígenas, atrajeron desde los primeros momentos la atención de los conquistadores. Por 1546 se empezó a distribuir lotes de terreno relativamente pequeños por medio de concesiones también llamadas chacras (en quechua: chakra, ‘parcela’)
Los caminos empezaron a formarse naturalmente desde el momento mismo que se inicia el reparto de la tierra. El de mayor importancia y categoría durante el siglo XVIII era el Camino de Ñuñohue (actual avenida Irarrázaval) que partía de la calle La Ollería (hoy avenida Portugal), seguía al oriente por lo que hoy es avenida 10 de Julio y luego por la actual avenida Irarrázaval. A finales del siglo XIX el camino pasa a llamarse avenida y más tarde recibió el nombre de Avenida Yrarrázaval en homenaje a Manuel José Yrarrázaval Larraín, autor de la ley sobre Comuna Autónoma y firmante del decreto que creó la comuna de Ñuñoa.
El Decreto del 22 de diciembre de 1891, en su artículo 1° creó la Municipalidad de Ñuñoa con las subdelegaciones rurales 1a Las Condes, 2a San Carlos, 3a Apoquindo, 4a Ñuñoa, 5a La Providencia, 6a Santa Rosa, 7a Subercaseaux y 26a Mineral de Las Condes del Departamento de Santiago, es decir, con un territorio mucho mayor que el actual. El día 6 de mayo de 1894, por Decreto Presidencial, se crea la comuna de Ñuñoa, que en esos años contaba con 1.197 habitantes, y tenía cuatro escuelas, correos, Registro Civil y carnicerías.
El 10 de agosto de 1893, se crea la Municipalidad de San Miguel segregándose las subdelegaciones 6a, Santa Rosa y 7a, Subercaseaux. Luego, el 25 de febrero de 1897 se crea la Municipalidad de Providencia con las subdelegaciones 5a, La Providencia; 1a, Las Condes; 2a, San Carlos y 26a, Mineral de Las Condes. De esta manera, la Municipalidad de Ñuñoa quedó constituida por las subdelegaciones rurales 4a, Ñuñoa y 3a Tobalaba (3a, Apoquindo), ocupando aproximadamente el área que comprenden las actuales comunas de Ñuñoa, La Reina, Macul y Peñalolén.
El DFL N°8583 del 30 de diciembre de 1927, suprime la Municipalidad de La Florida (subdelegación 15a, Lo Cañas) del Departamento de La Victoria y la anexa a Ñuñoa. Así la nueva comuna-subdelegación de Ñuñoa comprende las antiguas subdelegaciones: 3.a, Tobalaba, y 4.a, Ñuñoa, la parte de la antigua subdelegación 5.a, Providencia, situada al Sur de las calles Caupolicán y Pizarro y de la línea recta imaginaria que las une, del departamento de Santiago y la subdelegación 15, Lo Cañas, del antiguo departamento de La Victoria. En 1934 se restablece la comuna-subdelegación de La Florida separándola de Ñuñoa.
En febrero de 1963 por Ley 15.169, se crea la comuna-subdelegación de La Reina con la parte alta del comuna y, finalmente, el 18 de marzo de 1981 se modifican los límites comunales creándose las comunas de Macul y Peñalolén, quedando definitivamente establecida la actual comuna de Ñuñoa.
Durante la dictadura militar, el Estadio Nacional, ubicado en el corazón de la comuna y principal centro deportivo del país, se convirtió en un importante centro de tortura y represión del régimen de Augusto Pinochet Ugarte. Cada 11 de septiembre -día del golpe- se celebra un acto recordatorio a las cientos de personas asesinadas y torturadas en el lugar.
Ñuñoa presenció grandes cambios durante el siglo XX. Pasó de albergar a gran parte de la clase alta santiaguina hasta mediados de 1970 (ésta ha ido emigrando hacia el extremo de este mismo sector nororiente de la capital); para convertirse en una comuna fundamentalmente de clase media alta, aunque sigue siendo reconocida como una comuna con excelentes condiciones de vida.
En los últimos años, la zona ha tenido un enorme auge inmobiliario producto de su buena calidad de vida y su cercanía con el centro de Santiago. Sin embargo, esta demanda ha generado una pugna entre el actual alcalde y los habitantes tradicionales que se oponen a la demolición de casonas para construir edificios que, según ellos, desvirtúan el carácter residencial y tranquilo de sus barrios, dando como resultado un elevado precio de las viviendas en la zona.

Población

124.226   1952
205.223   1960 
279.047    1970
168.919    1982 
172.575   1992 
163.511     2002

El perfil geográfico

Ñuñoa tiene varias caras. Así lo cree el urbanista Iván Poduje, quien antes de realizar cualquier análisis político, dice que es necesario hacer un zoom a su composición geográfica. Sobre todo porque esta es de las pocas comunas de la Región Metropolitana en donde históricamente han convivido estratos socioeconómicos muy distintos entre sí.

Lo primero, es el surponiente y su componente histórico:
 “Ñuñoa tiene bordes industriales que es todo el límite con Santiago y Macul. Eso hace que se acojan proyectos obreros, por lo tanto, toda la parte sur de la comuna y particularmente al sur de la Av. Grecia, se transforma en un laboratorio donde se ensayan los principales proyectos habitacionales de los años 60 para sectores populares y para clase media”, explica Poduje. Pruebas son la Villa los Presidentes, la Villa Olímpica y la Villa Frei, emblemas de esa clase media sesentera en Chile. “Por esto podríamos decir que se le da esta marca de clase media a la comuna, pero que no es real, porque solamente es el sur”, añade.

Los límites con el nororiente, específicamente con Providencia y La Reina, son la otra cara: 

“Aquí está lo que, a mi juicio, es uno de los orígenes del progerío ñuñoíno, que es todo el Campus Oriente de la UC (en la vereda donde comienza Providencia) y su relación con la Plaza Ñuñoa”, comenta el urbanista. Esas ubicaciones, donde también entran los barrios El Aguilucho, Juan XXIII y -un poco más al sur- Eusebio Lillo y Suárez Mujica, son los lugares donde se ha dado un proceso de gentrificación importante en los últimos 10 años. “Esto es básicamente la llegada de sectores de mayores ingresos a las antiguas casas que estaban ahí”.

Para Óscar Contardo, periodista, escritor y agudo observador de lo que ha sido el auge de la nueva fuerza de izquierda, “Ñuñoa tiene símbolos que no existen en otro lugar”. Los proyectos habitacionales del sur son uno de ellos:
 “Tienen que ver con una idea de clase media que existió en Chile hasta el golpe y que se encarnó en unos ciertos valores que por distintas razones terminaron asimilándose a cierta forma de vida que hoy aparece encarnada en Ñuñoa y en Santiago. Esos valores son la educación, la relación con el ámbito de lo público, con las universidades”, dice él.

Los hitos geográficos que marcan esta forma de vida, para él, son varios: las instituciones ligadas a la Universidad de Chile, como el Liceo Experimental Manuel de Salas, la Facultad de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades Juan Gómez Millas y, más tarde, el Instituto Pedagógico hicieron que en esa comuna se gestara una identidad ligada a pensamientos de izquierda y a un mundo intelectual que se instaló a vivir ahí.

Pero existe otro factor más nuevo, que poco tiene que ver con lo que ocurre al norte y al sur: según datos de Inciti, una consultora experta en el mercado inmobiliario, con el cambio del plan regulador en 2007 y todas las modificaciones que vinieron después, la construcción masiva de edificios residenciales se disparó en varios sectores de la comuna, especialmente en Av. Irarrázaval, Ossa y Rodrigo de Araya. Eso hizo que en 10 años, de 44 edificios que había en venta, pasaran a ser 138. Que el precio de los departamentos aumentara en un 128% y el valor del metro cuadrado pasara de costar 42 UF a 84 UF. Según datos de TocToc.com, en una década se han vendido 30 mil departamentos, convirtiéndose actualmente en la comuna estrella en el mercado de edificios residenciales en la RM. La plusvalía del sector y el interés por vivir ahí trajo a un segmento distinto del que históricamente había existido en Ñuñoa: 
“Un habitante joven, de clase media alta que puede acceder a esta comuna del barrio alto, pero con precios menores que los que ofrecen los departamentos en las otras comunas”, explica Poduje.

Todo ese avance inmobiliario empezó a gestar un nuevo perfil del habitante de Ñuñoa: “Hoy, de un 40 a 45% de la gente que vive en Ñuñoa, arrienda. Casi el 45% de los hogares que llegan a los nuevos proyectos tienen menos de tres habitantes, casi 70% tiene menos de 45 años y un 50% de los ingresos familiares son de profesionales con estudios universitarios -16% de los cuales tienen maestrías-”, sostiene Marcelo Bauzá, cofundador de Inciti y académico del Instituto de Estudios Urbanos de la UC.

Manuel Vidal vio toda esta transición desde la caja de su restaurante y ha logrado identificar a esos nuevos comensales:
 “El que viene de la Florida, Puente Alto o de Maipú está contento con venir a Las Lanzas a comerse un completo. Pero el que viene de arriba para abajo, se le nota que echa de menos cosas de allá. A veces me preguntan, ‘oye, ¿y no tienes algo con tocino?, ¿o algo más vegano? ‘Pucha, no’, le digo yo”.

El perfil político.

No es novedad entonces que así como el residente de Ñuñoa ha ido evolucionando, la tendencia política electoral también lo haga. Para Matías Bargsted, investigador del COES y académico del Instituto de Sociología UC, “Ñuñoa es una comuna de alta participación, se podría hipotetizar que tiene como enraizada a nivel cultural disposiciones cívicas bastante definidas en su población”. De hecho, para la última elección, el porcentaje de participación alcanzó a ser un 62% en comparación con el 47% de la población nacional.

En cuanto a preferencias políticas, Bargsted explica que Ñuñoa es un caso distinto si es que se le compara con las otras seis comunas de mayor ingreso en la RM. “En el 2013, para la primera vuelta presidencial de Bachelet, ella obtuvo un 32% en Ñuñoa, mientras que el promedio de las comunas de altos ingresos fue un 23%. Este año, el 39% de lo ñuñoínos votaron por Gabriel Boric, versus un 24% del promedio de las comunas de alto ingreso. Si se compara esta elección con la del 2013, uno puede ver una creciente intensificación del voto por candidatos más de izquierda”.

Pero eso, advierte el sociólogo, no significa que el electorado de derecha no sea importante: “Ñuñoa tiene ciertamente este lado de un electorado progresista que está cargando más hacia Apruebo Dignidad que hacia la ex Concertación, pero siempre desde la luz de que es una comuna de altos recursos. Ahí está la anomalía, porque no es que no haya personas de derecha: Sichel y Kast igual suman un 43% de los votos. Este electorado de derecha está, pero su comportamiento se aleja bastante del que tienen otras comunas de altos ingresos”.

Hay algo que explica la tendencia hacia la izquierda de los habitantes ñuñoínos, y es que para María Luisa Méndez, socióloga y directora del COES, en Ñuñoa confluyen varias visiones: “La de gente de izquierda más histórica, pero desencantada de lo que fue la Concertación, la de personas que quisieron recuperar la política desde lo local -a propósito de la tensión inmobiliaria que existe en el sector- y gente más joven que empezó a desarrollar actividad política fuera de los partidos y en torno a las universidades”.

Vidal está consciente de ese fenómeno y lo escucha directamente de las conversaciones en sus mesas. Incluso, él mismo renunció hace ocho años a su militancia en la DC y es parte de los desencantados de esa centroizquierda. “Yo reconozco y felicito los 30 años que tuvimos, no los reniego para nada, pero sí creo que hay que hacer modificaciones. Quien tomó el bastión es esta nueva gente que, claro, se ha gestado fundamentalmente en Ñuñoa. Esta es su cuna”, dice Vidal.

La alcaldesa Emilia Ríos, que en 2016 fue electa concejala en la comuna, recuerda que parte de los inicios del Frente Amplio se dieron aquí: “La gracia que tenía esta comuna era que estaba todo el espectro de la izquierda presente realizando algún tipo de trabajo político local, cosa que no pasa en otras comunas. Entonces, se dio esa cosa como de que estábamos todos trabajando y pudimos articular una fuerza”.

Más allá de la política, los expertos coinciden en que en Ñuñoa se da un estilo de vida distinto al de otras comunas con altos ingresos: “Vitacura y Las Condes privilegian lo individual, el uso del auto, las autopistas exprés, el mall y los restaurantes de Nueva Costanera. En Ñuñoa todo es bicicleta, transporte público, el café o bar de la esquina y aproximarse al otro. A pesar de que los niveles de educación e ingresos puedan ser similares a los de ciertos barrios del sector oriente, los habitantes de Ñuñoa sienten de forma diferente la ciudad”, dice Marcelo Bauzá.

Eso hace que, a veces, se genere un discurso que a ojos de Óscar Contardo puede ser molesto para el resto: “No siempre hay una clara noción de que esas personas son miradas como privilegiados por una gran mayoría de la población. Porque eso no es la periferia. Las personas que hoy viven en Villa Frei no son iguales a las personas que actualmente viven en viviendas sociales de otras comunas”.

Para Manuel Vidal esa es la explicación de la caricatura en redes sociales: “Ese ñuñoísta que en vez de conversar una idea lo pontifica. Y a nadie le gustan los pontífices. Eso a la gente no le gusta y da para meme. Y eso es Ñuñoa hoy día, un meme”.

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