Según un testimonio, Marchenko fue visto por última vez en Yugoslavia en 1944. |
Lo Espejo es una comuna ubicada en el sector sur de la ciudad de Santiago, capital de Chile. Se encuentra completamente dentro del área urbana de Santiago.
Historia
Cuando el Presidente de la República, Patricio Aylwin Azocar, firmó el 21 de mayo de 1991 el Decreto con Fuerza de Ley que creaba la Ilustre Municipalidad de Lo Espejo, este territorio ya contaba con una historia digna de cualquier comuna.
Desde ese minuto comenzó la historia reciente, pero ya desde los tiempos del Descubrimiento y la Conquista, en el siglo XVI, y hasta mayo de 1991 Lo Espejo ha sido centro de actividad, tanto social como económica, en la capital.
Cuando los españoles llegaron a Chile, el valle donde actualmente se halla la comuna de Lo Espejo, era habitado por el pueblo picunche. Al igual que sus hermanos mapuches del sur, su idioma era el mapudungun.
Según el padre Alonso de Ovalle, Las casas eran hechas con varas que se clavaban en la tierra, en círculo o en cuadros, que juntaban arriba. Después las entrelazaban con varillas más delgadas y las cubrían con distintos tipos de paja. La puerta se hacía con los mismos materiales. Dentro de las casas había pocos elementos: platos de barro, de cerámica o madera, cucharas de palo, y calabazas para beber. Las camas eran cueros de animal sobre el suelo y por cabecera usaban “un adobe o un pedazo de leño, y sobre él, que es el mayor regalo, doblada la manta que de día les sirve de capa”.
Los indígenas de la zona estaban incorporados al gran Imperio de los Incas y la gente que vivía en el sector ubicado al norte del río Maipo, incluyendo lo que ahora es Lo Espejo, tenían como cacique, o jefe, a Millacura, quien estuvo presente entre los 20 jefes de los alrededores del cerro Huelén cuando Pedro de Valdivia fundó la ciudad de Santiago.
Finalizada la primera etapa de conquista, Valdivia repartió los territorios en encomiendas. En 1692, el gobernador Tomás Marín de Poveda, trajo en su comitiva al general Pedro Gutiérrez de Espejo, quien en el 1700 compró una hacienda, la que sumada a otros predios -en el curso de sólo 8 años- llegó a contabilizar miles de hectáreas. Posteriormente sus descendientes vendieron el sector a un cubano, quien inició en la zona la plantación de grandes viñedos.
El sector sur, que quedó en poder de la familia Gutiérrez mantuvo su denominación de Lo Espejo y corresponde actualmente a Maipú. Este fue denominado Espejo hasta el año 1897. Luego se fundaría la comuna de Maipú en honor a la batalla ocurrida en esos campos.
Siglo XIX
En el año 1826 se crea la provincia de Santiago y junto con ella el Departamento de La Victoria, con su capital San Bernardo. Entre las comunas que conformaban este nuevo departamento se encontraba La Granja la que, de acuerdo al censo de 1895 tenía 3.896 habitantes. Estos vecinos vivían agrupados en pequeños poblados o villorrios los que fueron a partir de 1925 la base de la comuna de La Cisterna. Hasta ese año predominaron fundos como Lo Sierra, Las Turbinas, La Divisa, entre otros, cuyos nombres aún se conservan en el sector..
La construcción del ferrocarril de Santiago a Rancagua, se inició en enero de 1856 y trajo profundos cambios en la vida de las comunidades aledañas a la vía. El primer tramo, hasta el norte del río Maipo, al que corresponde el sector de Lo Espejo, estuvo a cargo del contratista norteamericano Tomas Thomas. La primera locomotora de prueba, la Santiago, arrastrando siete carros vacíos, pasó por Lo Espejo en dirección a San Bernardo el 14 de septiembre de 1857. La inauguración oficial del trecho se realizó el 16 de septiembre de ese mismo año con una gran fiesta en las casas del Molino de A. González, donde el Gobernador, José Villalón, ofreció un gran banquete.
El tren al Sur y la estación construida en Lo Espejo iba a tener un enorme impacto para lo que sería conocido hasta hoy como el Pueblo de Lo Espejo.
El siglo XX
El 9 de enero de 1930 se dicta el decreto ley que determinó las comunas del Gran Santiago, indicando que la comuna de La Cisterna, que pertenecía al Departamento La Victoria, pasaba a Santiago designándose a la vez a Lo Espejo como un distrito de ella.
En esa época, la "comuna madre" contaba con 15.293 habitantes, repartidos en 2.862 viviendas, 4.698 propiedades urbanas y 85 rurales. Calles polvorientas, caminos vecinales, carros de sangre (arrastrados por caballos), potreros, muchos árboles, viñas, "chacras de agrado" y quintas de recreo eran las características de este sector del Gran Santiago.
En las décadas siguientes, Lo Espejo siguió el típico ritmo de cualquier otro pequeño pueblo de la zona central, pero con un creciente contacto con Santiago, debido al incremento del servicio ferroviario desde su Estación, el acceso a los tranvías y después a las “góndolas”, precursoras de los actuales microbuses.
Lo Espejo no estuvo ajeno a las convulsiones sociales que estremecieron a Chile en el siglo XX. Se puede afirmar que el pueblo de Lo Espejo representaba un corte vertical de la sociedad chilena de la época. En esa pequeña localidad de unas ocho cuadras por lado, rodeada de campos, convivían desde antiguos latifundistas, empresarios industriales, clases medias acomodadas, profesores universitarios, profesionales, profesores secundarios y normalistas, empleados públicos, especialmente ferroviarios, obreros, campesinos y gañanes que vivían en los carros de carga de Ferrocarriles del Estado, ya que Lo Espejo era terminal de carga de la empresa estatal.Todos se conocían y se respetaban. Los niños de diferentes estratos socio-económico compartían las escuelas públicas. Las fiestas primaverales espejinas constituían acontecimientos que convocaban a toda la población. Incluso, desde otras localidades como San Bernardo y La Cisterna acudían a celebrar las veladas que, normalmente, tenían como centro a la Segunda Compañía de Bomberos. El apogeo de la organización política democrática, conocida como el Estado de compromiso, propio de los gobiernos entre las décadas de 1940 a 1970, se manifestaba por la alegría y entusiasmo de las campañas políticas, en la que la diversidad de ideas y propuestas preelectorales se expresaban con coloridos carteles y altoparlantes que alternaban música y reclame político. Todo ello en un ambiente de tolerancia a la diversidad.
Entre el zanjón de la aguada de Lo Valledor y el pueblo de Lo Espejo, la separación entre Santiago y el colonial pueblo lo constituían campos eriazos y trigales. El primer proyecto de vivienda social moderna fue la Población Dávila, construida en la década de 1950 en el costado oriental de la vía férrea, a la altura del paradero 16 de la Gran Avenida.
La inmigración de miles de personas de provincias hacia la capital en busca de trabajo o mejores horizontes, originó la ocupación de vastos terrenos al sur de la ciudad de Santiago, y la consiguiente represión. Los estudiantes secundarios y universitarios espejinos que viajaban diariamente por ferrocarril a Santiago, fueron testigos del crecimiento de la periferia de la capital, desde Lo Valledor hacia el sur.
En los decenios 1960-1970 la zona sur de Santiago, continuó extendiéndose con loteos, "tomas ilegales" de terrenos, poblaciones marginales y campamentos, que fueron invadiendo la zona agrícola periférica. Durante ese período se crean los asentamientos más importantes, como son las poblaciones José María Caro, Santa Adriana, Clara Estrella, Santa Olga, Lo Valledor, Villa Sur, Lo Sierra , Las Turbinas, Villa Lo Espejo.
Población
124.462 1982
120.075 1992
112.800 2002
98 804 2018
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