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Falla San Ramón.
La Falla San Ramón es una falla geológica activa del tipo inversa que se encuentra situada al oriente de Santiago, la capital de Chile, siguiendo el pie de cerro de la sierra de Ramón a la que debe su nombre.
Toponimia
Nombrada por el Gobernador de Chile, Alonso García Ramón quien hizo los códigos de aguas [cita requerida] para la ciudad de Santiago en 1600, a partir de las aguas de la Quebrada de Ramón las que terminaban en una pileta en la intersección de la actual Avenida 10 de Julio con la Calle de la Ollería. La tratan coloquialmente de San Ramón pero jamás fue nominada oficialmente como aquello. Otro caso es el Canal de Carlos que es conocido como Canal San Carlos, producto de la tradición religiosa chilena.
Ubicación
La falla de Ramón se ubica a 5 km bajo la superficie terrestre y tiene una extensión de 25 km1 en sentido norte-sur. Se ubica entre los ríos Mapocho y Maipo, bordeando todo el frente cordillerano de la ciudad de Santiago, cruzando las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto, aunque se piensa que podría prolongarse a Lo Barnechea y Pirque. Se puede identificar como un súbito escalón que se alza sobre el valle de Santiago se ubica entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana.
Es parte de un sistema de megalineamientos que controla el borde occidental del bloque o cadena andina, extendiéndose más allá de los límites de la Región Metropolitana de Santiago. Este sistema tectónico tiene una traza de más de 100 km de largo y es uno de los varios megalineamientos estructurales regionales.
Comportamiento geológico
La placa Sudamericana genera una zona de acumulación de energía, cuando esta se libera levanta la sierra de Ramón. Esta misma energía genera fuentes hidrotermales, el agua de las lluvias se filtra desde el nivel freático en el terreno fracturado y permeable por las fallas verticales, baja hasta una zona de acumulación de energía donde se calienta, y luego sube producto de su alta temperatura por fisuras emanando como una fuente hidrotermal.
La falla de Ramón es una falla inversa, vale decir con deslizamiento vertical, que ha sido la responsable de la formación de la sierra de Ramón, una cordillera de 25 kilómetros de largo y una altitud máxima de 3249 m s. n. m., la cual se ha desplazado bastante en los últimos 10 millones de años. Ha tenido un crecimiento continuo y progresivo durante el periodo cuaternario reciente, lo que la convierte en una falla geológicamente activa con trazas de deformación del orden de 0,02 mm/año, que la hacen capaz de producir sismos de gran magnitud, como el terremoto del 17 de marzo de 1575, o el de mayo de 1647.
La falla representa una franja de discontinuidad en el sustrato rocoso que modifica sus características al producirse una fragmentación de la roca, generando brecha de falla, dislocamiento y fracturamiento de bloques en el entorno inmediato a ella, e incluso registrando manifestaciones hidrotermales que conducen a la alteración química de la roca.
Manifestaciones hidrotermales
Una de las manifestaciones hidrotermales más importantes de esta falla se encuentra localizada en su extremo norte, en la zona de Apoquindo, entre el cerro Apoquindo y el cerro Los Rulos, llamado también Loma de los Baños. Durante el siglo xix y principios del siglo xx, existieron cuatro manantiales de agua mineral que presentaban temperaturas entre los 18° y 23° Celsius. La existencia de estas vertientes llevó a la creación de un balneario termal llamado los Baños de Apoquindo en la década de 1900, en funcionamiento hasta 1945. Además, el agua mineral de estos manantiales fue embotellada hasta la década de 1950 bajo la denominación de Vital Apoquindo. Mediciones hechas en el transcurso de 139 años permiten afirmar que son aguas cloruro-calco-sódicas cuyos componentes más significativos son cloruros (700 ppm) y sodio (200 ppm); tienen una temperatura promedio constante de 22° Celsius y su pH es de 7,1.4
El origen de estas fuentes se debe a la filtración de aguas percoladas en la corteza terrestre que retornan a la superficie luego de ser calentadas por un foco de calor que se encuentra a más de 20 000 metros de profundidad. En su trayectoria, el agua recolecta parte de los componentes solubles presentes en las rocas. La infiltración en la roca se debe a las fracturas verticales que presenta la corteza debido a la acción de levantamiento que tiene la falla en la sierra de Ramón.
Urbanización
Cerca de o sobre la falla, se han construido viviendas y centros educacionales, además de una planta de gas en Peñalolén. La Comisión Chilena de Energía Nuclear posee un reactor que está construido en la comuna de La Reina, muy cerca de la falla, generando preocupación entre la población. Según un estudio del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile (CITRID), el 55 % de la superficie de la falla está hoy construida debido al crecimiento que ha alcanzado la capital chilena a partir de los años 1980.
Debido a que se encuentra muy segmentada y a poca profundidad, esta falla puede originar un sismo superficial muy destructivo con una magnitud de alrededor de 7.0 Richter. En ese caso, el hipocentro se encontraría a pocos metros de profundidad, al este de Peñalolén o La Florida y con un periodo de recurrencia superior a los 300 años.
En 2012, la Secretaría Regional del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile realizó un estudio que dio como resultado que la falla podría generar terremotos, por lo que está activa. Por otro lado, la prestigiosa revista científica Geology, en su edición impresa correspondiente a diciembre de 2014, incluyó un estudio del profesor del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, Gabriel Easton y de la profesora Sofía Rebolledo, realizado en conjunto con especialistas a nivel mundial, con recientes resultados en paleosismología que confirman que la falla de Ramón está activa y en condiciones de producir terremotos de gran magnitud.
Falla de San Ramón: Qué comunas cruza de la RM y cuáles son sus peligros al ocurrir un terremoto.
De acuerdo a especialistas, la temida fractura geológica es una amenaza real para las personas que habitan en el sector precordillerano de la región Metropolitana.
Constanza Vásquez
29/12/2023
Los temblores son ya una característica identitaria de Chile. Y es que la cultura sísmica en nuestro país llama la atención de otras naciones por la tranquilidad con la que los chilenos parecen afrontar las grandes magnitudes de cada evento sismológico.
Sin embargo, existe una fractura geológica activa ubicada en territorio nacional que sí es temida debido a que muchos especialistas han sido enfáticos en recalcar sus potenciales peligros.
Se trata de la Falla de San Ramón, ubicada en la Región Metropolitana y que se extiende por el cerro de la sierra de Ramón a lo largo de 50 kilómetros desde las comunas de Lo Barnechea hasta Pirque. Se encuentra a una profundidad de entre 15 y 20 km.
Específicamente, la falla está emplazada a los pies del frente cordillerano, atravesando las comunas de Lo Barnechea, Las Condes, Vitacura, La Reina, Peñalolén, La Florida, Puente Alto y Pirque, una zona que concentra a más de 1,6 millones de los habitantes de Santiago.
Los riesgos de la Falla de San Ramón
El temor hacia esta falla se fundamenta en el peligro que se originaría si ocurre un terremoto o un sismo de gran magnitud en esta zona. Una situación que múltiples estudios han alertado.
Falla de San Ramón Universidad de Chile.
De hecho, en un reciente informe emitido por la Cámara de Diputados y elaborado por expertos, se abordan los riesgos de seguir construyendo en el territorio que se extiende la falla y se advirtió de que más de la mitad de la Falla San Ramón está edificada.
Expertos en Geología de la Universidad de Chile estimaron que cerca de tres millones de personas podrían verse afectadas por los movimientos y alteraciones generadas por la falla y evaluaron que el potencial sísmico en las comunas en que se ubica, podría ser localmente superior al del terremoto del 27 de febrero de 2010.
Producto de sus potenciales riesgos, los especialistas llaman a poner atención especial y ejecutar medidas de mitigación adecuadas, como modificar los planes reguladores de las comunas afectadas y restringir la construcción de infraestructura.
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