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Pedro Aguirre Cerda es una comuna ubicada en el sector sur de la ciudad de Santiago, capital de Chile, fundada en 1991 a partir de la división de la comuna de San Miguel. Su nombre es en honor al expresidente chileno.
La comuna alberga estratos socio-económicos bajos y medios en partes como la Villa San Joaquín, Población Dávila, Villa Alessandri, Avenida La Marina, Avenida Salesianos, y la ribera de la Autopista Central; y medios bajos, en la Población La Victoria, Las Lilas, Lo Valledor y Los Maitenes.
Historia
El sector donde está emplazada la comuna fue antes parte de la "hacienda Ochagavía", antiguo lugar de residencia del expresidente de la república don Pedro Aguirre Cerda, años antes se habría realizado aquí la batalla homónima el 14 de diciembre de 1829. La comuna se creó en 1991, y surgió como fusión de sectores de las comunas de Santiago, San Miguel y La Cisterna.
El nombre de Pedro Aguirre Cerda corresponde al Presidente chileno que gobernó desde 1938 y dio inicio a la era del Frente Popular en Chile, Aguirre Cerda falleció en 1941 en el ejercicio del cargo. Este período significó un proceso de industrialización acelerado y crecientes beneficios sociales, en educación, salud y vivienda social. Su asentamiento humano es de origen rural, que por razones económicas emigra a la ciudad, con un pequeño porcentaje de población indígena, que corresponde en la actualidad a un 0,3% del total. Esta población inicialmente ocupa una zona periférica en torno al centro de la ciudad, avanzando sobre territorios que estaban destinados al cultivo de viñedos u hortalizas. Sin embargo, en la actualidad es parte del sector céntrico de la conurbación metropolitana. Está catalogada como una de las comuna pobres del sector sur de la ciudad de Santiago con un 15,67% de pobreza.
Las características urbanas producto de la creación de la comuna que en rigor fusiona tres territorios periféricos, residenciales y carenciados de otras comunas, da lugar actualmente a un territorio que tiene un rol urbano predominantemente residencial, con ocupación en extensión. Posee bajos y segregados niveles de equipamiento e infraestructura a nivel local y regional.
En el año 1949, se inició en el país un proceso de urbanización creciente, a partir de la implementación de programas habitacionales impulsados por el Estado y destinado fundamentalmente a los trabajadores, de esta manera se construyeron los primeros conjuntos habitacionales, varios de los cuales hoy forman parte de la comuna, como las poblaciones Alessandri, Balmaceda, San Joaquín, Villa Sur, Miguel Dávila Carson, José María Caro, Lo Valledor, Fraternal Ferroviaria, Santa Adriana y otras.
Entre los años 50 y 70, se construye el resto del territorio comunal, en un proceso mixto de conjuntos habitacionales planificados y urbanizados, como los ya indicados y otros producto de movilizaciones populares para resolver problemas habitacionales, como las "Tomas de Terreno", entre las que se destaca la Población La Victoria, lugar donde falleció el sacerdote francés André Jarlan.
A inicios de los años 1970, durante el gobierno de Salvador Allende, se comenzó a construir en este sector un hospital que no alcanzó a terminarse debido al golpe de Estado de 1973. Actualmente, el llamado Hospital de Ochagavía se convirtió en el Núcleo Ochagavía. Localizado en la intersección de las calles Club Hípico y La Marina. Se reconstruyó y desde el 2016 es un centro de negocios (con bodegas, oficinas, tiendas comerciales y salas de exhibición).
Cabe destacar que en esta comuna, se encuentra la histórica Población La Victoria, recordada como una población combativa, sobre todo por establecer la primera toma organizada de Chile y América del Sur, además de la ardua lucha resistiendo el Golpe Militar.
El 12 de agosto de 1991 se dicta el decreto supremo que señala a Juan Saavedra Gorriateguy como primer alcalde de la municipalidad de la comuna y el día 14 de agosto del mismo año, se fijan los límites definitivos. Recién en el año 2001 se estableció que el día 12 de agosto sería el aniversario de la comuna.
En esta comuna se establecen varios sectores populares como el Parque André Jarlán, Estadio Municipal, Estadio Miguel León Prado, el antiguo hospital ya nombrado, Avenida Clotario Blest (o La Feria, llamada así por una feria que se instala del sector de la Villa Sur), la plaza de Callejón Lo Ovalle, Población Los Maitenes, Población San Joaquín, Población La Histórica, Villa Centenario, Población Dávila y Población La Victoria.
Historia
El sector donde está emplazada la comuna fue antes parte de la "hacienda Ochagavía", antiguo lugar de residencia del expresidente de la república don Pedro Aguirre Cerda, años antes se habría realizado aquí la batalla homónima el 14 de diciembre de 1829. La comuna se creó en 1991, y surgió como fusión de sectores de las comunas de Santiago, San Miguel y La Cisterna.
El nombre de Pedro Aguirre Cerda corresponde al Presidente chileno que gobernó desde 1938 y dio inicio a la era del Frente Popular en Chile, Aguirre Cerda falleció en 1941 en el ejercicio del cargo. Este período significó un proceso de industrialización acelerado y crecientes beneficios sociales, en educación, salud y vivienda social. Su asentamiento humano es de origen rural, que por razones económicas emigra a la ciudad, con un pequeño porcentaje de población indígena, que corresponde en la actualidad a un 0,3% del total. Esta población inicialmente ocupa una zona periférica en torno al centro de la ciudad, avanzando sobre territorios que estaban destinados al cultivo de viñedos u hortalizas. Sin embargo, en la actualidad es parte del sector céntrico de la conurbación metropolitana. Está catalogada como una de las comuna pobres del sector sur de la ciudad de Santiago con un 15,67% de pobreza.
Las características urbanas producto de la creación de la comuna que en rigor fusiona tres territorios periféricos, residenciales y carenciados de otras comunas, da lugar actualmente a un territorio que tiene un rol urbano predominantemente residencial, con ocupación en extensión. Posee bajos y segregados niveles de equipamiento e infraestructura a nivel local y regional.
En el año 1949, se inició en el país un proceso de urbanización creciente, a partir de la implementación de programas habitacionales impulsados por el Estado y destinado fundamentalmente a los trabajadores, de esta manera se construyeron los primeros conjuntos habitacionales, varios de los cuales hoy forman parte de la comuna, como las poblaciones Alessandri, Balmaceda, San Joaquín, Villa Sur, Miguel Dávila Carson, José María Caro, Lo Valledor, Fraternal Ferroviaria, Santa Adriana y otras.
Entre los años 50 y 70, se construye el resto del territorio comunal, en un proceso mixto de conjuntos habitacionales planificados y urbanizados, como los ya indicados y otros producto de movilizaciones populares para resolver problemas habitacionales, como las "Tomas de Terreno", entre las que se destaca la Población La Victoria, lugar donde falleció el sacerdote francés André Jarlan.
A inicios de los años 1970, durante el gobierno de Salvador Allende, se comenzó a construir en este sector un hospital que no alcanzó a terminarse debido al golpe de Estado de 1973. Actualmente, el llamado Hospital de Ochagavía se convirtió en el Núcleo Ochagavía. Localizado en la intersección de las calles Club Hípico y La Marina. Se reconstruyó y desde el 2016 es un centro de negocios (con bodegas, oficinas, tiendas comerciales y salas de exhibición).
Cabe destacar que en esta comuna, se encuentra la histórica Población La Victoria, recordada como una población combativa, sobre todo por establecer la primera toma organizada de Chile y América del Sur, además de la ardua lucha resistiendo el Golpe Militar.
El 12 de agosto de 1991 se dicta el decreto supremo que señala a Juan Saavedra Gorriateguy como primer alcalde de la municipalidad de la comuna y el día 14 de agosto del mismo año, se fijan los límites definitivos. Recién en el año 2001 se estableció que el día 12 de agosto sería el aniversario de la comuna.
En esta comuna se establecen varios sectores populares como el Parque André Jarlán, Estadio Municipal, Estadio Miguel León Prado, el antiguo hospital ya nombrado, Avenida Clotario Blest (o La Feria, llamada así por una feria que se instala del sector de la Villa Sur), la plaza de Callejón Lo Ovalle, Población Los Maitenes, Población San Joaquín, Población La Histórica, Villa Centenario, Población Dávila y Población La Victoria.
Población
145.207 1982
130.441 1992
114.560 2002
101.174 2017
96.062 2024
68 años de la Población La Victoria: Ser Victoriano es un honor
Por: Esteban González Pérez
30.10.2025
La Población La Victoria no es solo un barrio, es un referente latinoamericano de dignidad y lucha, la primera toma de terrenos en todo el continente, ejemplo de que los pobres también pueden construir ciudad con sus propias manos.
Este 30 de octubre la Población La Victoria cumple 68 años. Para quienes nacimos, crecimos y aprendimos a mirar el mundo desde sus calles, este aniversario no es sólo una fecha: es la confirmación de que la primera toma de terrenos de América Latina sigue viva en la memoria y en la historia popular. Aunque hoy me toca mirar la población desde fuera, lejos de su cotidianidad, la sigo llevando conmigo como un sello imborrable: porque ser chileno es un orgullo, pero ser Victoriano es un honor.
Lo que alguna vez nos sostuvo como comunidad fue un profundo sentido de pertenencia. El vecino era parte de la familia, las luchas eran colectivas, la dignidad era un horizonte compartido. Hoy, sin embargo, percibo con tristeza que ese espíritu enfrenta nuevas amenazas.
El neoliberalismo ha penetrado en los hogares, fragmentando los vínculos y priorizando la sobrevivencia individual por sobre la fuerza comunitaria. La consecuencia es clara: se van erosionando las fórmulas de relación entre los pobladores y con ello, el tejido social que hizo grande a La Victoria.
No se puede hablar de la historia victoriana sin reconocer que gran parte de ella ha sido protagonizada por mujeres. Fueron ellas quienes levantaron casas con sus propias manos, quienes sostuvieron las ollas comunes en tiempos de hambre y dictadura, quienes organizaron comités y talleres para mantener viva la comunidad.
Y son ellas, todavía hoy, quienes luchan por mantener abiertos los espacios de organización, las sedes vecinales, los centros culturales y las memorias colectivas que pueden servir de sustento para el futuro de la población. La Victoria respira gracias al coraje femenino que nunca se rindió.
No se trata sólo de nostalgia. Es urgente que Victorianas y Victorianos recuperen ese sentido de pertenencia, no para encerrarse en un pasado glorioso, sino para alimentar a quienes llegan a habitar la población. El desafío es transmitir la memoria de que aquí no hubo dádiva estatal ni beneficencia: hubo organización, coraje y decisión política de quienes, en 1957, dijeron basta y ocuparon la tierra para convertirla en barrio y comunidad. Ese legado no puede perderse.
Lo que pasa en La Victoria no es ajeno a nuestra región. En Villa El Salvador, en Lima, lo que nació como ocupación organizada en los años setenta hoy enfrenta los embates de la urbanización desigual y la mercantilización de la vida. En las Villas de Buenos Aires, muchos barrios populares con historia de lucha ven cómo las nuevas generaciones son arrastradas por el consumo y la fragmentación social. La lección es la misma: sin memoria y sin identidad colectiva, el neoliberalismo avanza y desarraiga.
Por eso, en este aniversario, el llamado no es solo a la conmemoración, sino a la acción. Urge generar planes comunitarios y culturales que vuelvan a poner la pertenencia en el centro, con talleres barriales, espacios de memoria viva, iniciativas que fortalezcan la solidaridad como práctica cotidiana.
Porque la Población La Victoria no es solo un barrio, es un referente latinoamericano de dignidad y lucha, la primera toma de terrenos en todo el continente, ejemplo de que los pobres también pueden construir ciudad con sus propias manos.
A mí me tocó salir, como a tantos otros. Pero como bien sabemos, aunque los kilómetros nos separen, La Victoria no se olvida. Se lleva en la piel y en la palabra. Y se hereda. Porque ser chileno es un orgullo, sí. Pero ser Victoriano es, y seguirá siendo siempre, un honor.

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