sábado, 29 de febrero de 2020

Juzgados de Familia de San Miguel y Quinta Normal.

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo  Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro; Paula Flores Vargas ;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio  Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Nelson Gonzalez Urra; Ricardo Matias Heredia Sanchez; Alamiro Fernandez Acevedo;  Soledad García Nannig;Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán


Los juzgados de familia son tribunales de letras, especiales, singular o plurales, que forman parte del poder judicial, los jueces ejercen jurisdicción en forma unipersonal. 
Los juzgados  tendrán el número de jueces que determine ley,  contarán, además, con un consejo técnico, un administrador y una planta de empleados de secretaría.



Juzgado de Familia de San Miguel.



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En la jurisdicción de San Miguel, existe dos juzgados, con diez jueces cada uno, con competencia sobre las comunas de San Miguel, San Joaquín, La Granja, La Pintana, San Ramón, Pedro Aguirre Cerda, La Cisterna, El Bosque y Lo Espejo.

  
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El juzgado de familia de San Miguel, ejerce jurisdicción, en el sector sur de ciudad de Santiago. Está compuesto por las comunas de Pedro Aguirre Cerda, San Miguel, San Joaquín, Lo Espejo, La Cisterna, La Granja, San Ramón, El Bosque, y La Pintana.

​Es el sector más poblado de ciudad, sin embargo la mayoría de sus comunas han disminuido el número de habitantes en la última década, con la excepción de las comunas con mayor población de clase media; San Miguel, y La Cisterna quienes han tenido un considerable desarrollo inmobiliario de edificios residenciales.

tribunal de Familia

Comentario.

"Las nuevas dependencias son estupendas, de alta calidad, son espacios grandes y cómodos y es grato también para nuestros usuarios. Nosotros comenzamos a funcionar el 2005 en la calle San Nicolás, en una edifico arrendado y adaptado para los funciones de los tribunales. Tras el incendio que lo afectó en octubre de 2017, funcionamos temporalmente en los exjuzgados de Familia de Santiago, donde estuvimos hasta el viernes pasado cuando hicimos el traslado a este lugar definitivo. Jueces y funcionarios estamos contentos con el cambio porque el edificio resulta muy acogedor y, además, queda más cercano para nuestros usuarios que pertenecen a las comunas del sector sur de Santiago como Pedro Aguirre Cerda o San Joaquín, entre otras"
 
Comentó el juez presidente del Segundo Juzgado de Familia sanmiguelino, Ricardo Soto.

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El sector sur junto con el norponiente, corresponden a los barrios bajos de la ciudad de Santiago. Estas comunas se encuentran entre las peores en calidad de vida urbana del país,​ con la excepción de La Cisterna, y San Miguel. 
Urbanísticamente lo conforman villas y poblaciones, es decir tiene estructura vial de pasajes, formadas por la migración de familias campesinas de clase baja en el siglo XX, excepto La Cisterna y San Miguel, de clase media y diseñada con barrios y calles.

Nuevo edificio 

El Primer y Segundo Juzgado de Familia de San Miguel comenzaron el 23 de Diciembre de 2019, a funcionar en un moderno edificio –ubicado en calle Álvarez de Toledo numero 1020, comuna de San Miguel, de la ciudad de santiago. 

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El inmueble  cuenta con amplios y luminosos espacios, accesos para personas con discapacidad, sala para niños en 11 mil metros cuadrados.

Historia

Antigua corte de san miguel 

Edificio de los Juzgados de Familia están ubicados donde se ubicada la antigua caso donde residió la Corte de Apelaciones de San Miguel, de ciudad de Santiago.




Juzgado de Familia de Pudahuel



edificio

Un juzgado de Familia de Pudahuel, con sede en comuna de quinta normal,  con doce jueces, con competencia sobre las comunas de Pudahuel, Quinta Normal, Cerro Navia y Lo Prado.

Según el censo de 2017, la población tiene 569. 101 personas. El censo de 2002, había 548.898  personas.

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El juzgado de familia tiene sede en un edificio nuevo, con accesos personas incapacitadas, sala de espera y servicios. Tienen espacio dentro del recinto para los niños, con juegos, ademas en los jardines.

 Juzgado de Familia Pudahuel, esta  ubicado en la calle Juan Miranda, junto con San Pablo.


  

jueves, 27 de febrero de 2020

Don Pedro de Valdivia.

(La Serena, España, 1497 - Tucapel, actual Chile, 1553) Conquistador de Chile. A pesar de que su obra se perdió tras una contraofensiva liderada por los caudillos araucanos Caupolicán y Lautaro, Pedro de Valdivia ha pasado a la historia como uno de los principales protagonistas en la empresa de conquista que siguió al descubrimiento de América.

Militar desde muy joven, Pedro de Valdivia participó en las campañas de Italia antes de pasar, en 1534, a Venezuela, y desde allí a Perú. En Perú fue nombrado maestre de campo por Francisco Pizarro, a quien apoyó en sus disputas con Diego de Almagro en 1538. En este contencioso participó en la batalla de Las Salinas, tras la cual Pizarro le otorgó una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, y le encargó la conquista de Chile.

Valdivia partió de Cuzco en 1540 al frente de ciento cincuenta hombres y llegó a Chile, donde exploró los valles del Copiapó, el Coquimbo y el Mapocho. A orillas del río Mapocho fundó en febrero de 1541 Santiago de la Nueva Extremadura (la actual Santiago), que le sirvió de base para la exploración y conquista del resto del territorio.

Poco tiempo después, aprovechando una expedición punitiva de Valdivia a Cachapoal, los indígenas de Aconcagua destruyeron Santiago, que no tardó en ser reconstruida. Prosiguió sus exploraciones y en 1544 fundó la ciudad de La Serena, en el valle de Coquimbo, para facilitar las comunicaciones con Perú. Después de solicitar sin éxito a Perú y a la corte recursos para continuar con la exploración, Pedro de Valdivia se presentó en Lima en 1547. Allí intervino en las guerras civiles al lado del partido del virrey y fue ratificado en su cargo de gobernador de Chile en 1549.

En permanente lucha con los araucanos, Valdivia se dedicó a partir de entonces a reorganizar las poblaciones destruidas por los indígenas, emprendió nuevas expediciones por el territorio chileno y fundó otras ciudades, entre ellas Concepción (1550) y Valdivia (1552). Cuando la resistencia indígena parecía sofocada, los caudillos araucanos Caupolicán y Lautaro encabezaron una sublevación general. Sorprendido por los indios en Tucapel, Pedro de Valdivia murió en combate el día de Navidad de 1553.

La reconquista y pacificación de Chile corrió a cargo de García Hurtado de Mendoza, quien logró derrotar a Caupolicán en 1557. Uno de los acompañantes de Hurtado de Mendoza fue Alonso de Ercilla, quien elevó los hechos de la conquista a materia literaria en su célebre poema épico La Araucana.


Pedro de Valdivia.

Valdivia, Pedro de. Castuera (Badajoz), c. 1500 – Tucapel (Chile), 25.XII.1553. Militar, conquistador de Chile.

Biografía

Nació en la villa de Castuera en el partido extremeño de La Serena en Badajoz. Hidalgo notorio, probablemente fue hijo de Diego de Valdivia y de Isabel Gutiérrez. Recibió alguna educación pues sabía leer y escribir.

Inició su carrera militar por 1521, cuando acudió a sumarse a las tropas que reunía Carlos V para oponerse a los franceses en Flandes. Allí combatió bajo las órdenes de Enrique de Nassau y se encontró en la defensa de Valenciennes encabezada por el propio Rey. Luego pasó a Italia, donde integró el Tercio de Infantería al mando del marqués de Pescara, el que, como parte de las fuerzas bajo la dirección de Próspero Colonna, participó en el asedio y toma de Milán. Estuvo en la batalla de Pavía en 1525 cuando las tropas de Carlos V derrotaron e hicieron prisionero a Francisco I de Francia. De ahí pasó a Nápoles, donde participó en la defensa de la ciudad contra el asedio de las fuerzas del conde Lautrec. Tras la derrota de los franceses en 1527, Valdivia regresó a su tierra con el grado de capitán.

En Castuera contrajo matrimonio con Marina Ortiz de Gaete. Permaneció algunos años en Extremadura, pero la monotonía de la vida y la falta de oportunidades lo llevaron a nuevas aventuras.

En 1535 se embarcó rumbo a Venezuela bajo las órdenes de Jerónimo de Alderete, como parte de los refuerzos para la expedición de Jerónimo de Ortal al Orinoco. Este último terminó por ser depuesto en un motín en el que participaron los hombres de Alderete, incluído probablemente Valdivia. En los meses siguientes, la hueste recorrió los llanos de Venezuela antes de ser apresados por la gente de Nicolás de Federmann quien envió a los principales cabecillas a Santo Domingo para ser juzgados.

Es probable que este hecho explique la presencia de Valdivia en Santo Domingo cuando llegó un pedido de refuerzos que había hecho Francisco Pizarro a la Audiencia de Santo Domingo para afianzar la conquista del Perú, a raíz de la sublevación de los incas. Valdivia se unió a la fuerza despachada al mando de Diego de Fuenmayor. El contingente se dirigió a Panamá y tras atravesar el istmo, siguió por mar hasta Tumbes y luego por tierra a Lima, a fines de 1536. Allí, Valdivia se puso a las órdenes de Francisco Pizarro.

Al regresar a Cuzco después de la expedición a Chile a comienzos de 1537, Diego de Almagro levantó el asedio al que estaba sometida la plaza por las fuerzas del inca y tomó el control de la ciudad. La disputa entre Pizarro y Almagro por Cuzco hacía inminente la guerra entre ambos caudillos. En estas circunstancias, y valorando la experiencia militar de Valdivia, Pizarro lo nombró maestre de campo en julio de 1537. El enfrentamiento entre ambos ejércitos en la batalla de las Salinas el 6 de abril del año siguiente, terminó con la victoria de los pizarristas.

Valdivia participó luego en la conquista de la provincia del Collao, en la actual Bolivia. Fue vecino fundador de San Miguel de Chuquisaca en 1538 y recibió una encomienda en el valle de La Canela. A ello se sumó el denuncio de una mina de plata en Porco, ya conocida por los naturales, que, conjuntamente con el repartimiento de indios, llegó a producir, con el tiempo, más de 20.000 pesos al año. Pese a su holgada situación, Valdivia aspiraba a la gloria, y cuando Pizarro visitó la zona, se reunió con él en Chuquiabo, sitio de la futura ciudad de La Paz, para solicitarle la conquista de Chile.

Pizarro autorizó a Valdivia para proceder a la conquista de Chile como teniente suyo, al amparo de una Real Cédula de 1537 que le había concedido las tierras abandonadas por Diego de Almagro. La mala reputación que había cobrado el territorio hizo difícil reclutar gente y conseguir financiación para la empresa. Valdivia liquidó sus bienes reuniendo con ello unos 9000 pesos, pero el alto precio que tenían entonces en el Perú las armas, caballos y demás enseres no le permitió atender a las necesidades de la hueste. Debió, pues, asociarse con Francisco Martínez, un comerciante, quien aportó mercadería valorada en la misma suma, a cambio de participar a medias en los beneficios de la empresa.

Un nuevo obstáculo se presentó con la llegada al Perú de Pero Sancho de Hoz, el antiguo secretario de Pizarro. Había pasado a España, donde había gastado su fortuna adquirida en la conquista de la tierra; ahora regresaba sin dinero pero con una capitulación para la población de las tierras al sur del estrecho de Magallanes. Aunque los territorios asignados a uno y otro eran, en rigor, distintos, Pero Sancho de Hoz hizo valer sus derechos y sus influencias en la Corte para pretender la conquista de Chile. En estas circunstancias y para resolver la dificultad, Pizarro consiguió que Valdivia y Pero Sancho se asociaran en la empresa. El primero partiría de inmediato, mientras que el segundo reuniría armas y pertrechos con los cuales se embarcaría al cabo de cuatro meses para unirse a la expedición.

Valdivia salió de Cuzco en enero de 1540 con no más de once españoles, incluyendo Inés Suárez, compañera y amante del capitán, y un contingente de indios yanaconas. Las esperanzas estaban puestas en la posible incorporación de los restos de algunas expediciones al oriente del Collao, a las tierras de los indios Chunchos y Chiriguanos, que podrían regresar ante las dificultades encontradas y con las cuales se había establecido contacto.

Valdivia y su gente se dirigieron a Arequipa para luego avanzar de quebrada en quebrada a través del desierto hasta llegar a Tarapacá. Allí permanecieron a la espera de refuerzos. Lentamente fueron llegando los sobrevivientes de las mencionadas expediciones. El contingente más importante estaba compuesto por setenta hombres bajo el capitán Francisco de Villagra, con cuyo auxilio se salvaba la empresa. Más al sur, en San Pedro de Atacama, lo esperaba otro grupo de veinticinco españoles al mando de Francisco de Aguirre.

Mientras Valdivia había salido a encontrarlos, llegó de noche al campamento Pero Sancho de Hoz con tres compañeros, quienes penetraron en la tienda de Valdivia con intenciones aviesas. Inés Suárez, que allí se encontraba, dio la alarma y se mandó llamar a Valdivia. Al no haber conseguido los refuerzos comprometidos y ante la amenaza de caer en prisión por deudas, Pero Sancho había urdido el plan de matar a Valdivia y tomar el mando de la expedición. Al conocerse sus propósitos, Pero Sancho fue apresado y se le inició un proceso que terminó con la renuncia a sus derechos en la sociedad y su incorporación a la hueste en calidad de simple soldado.

Los expedicionarios, cuyo número había aumentado a poco más de ciento cincuenta españoles, avanzaron hasta el valle de Copiapó. Allí Valdivia tomó posesión del territorio en nombre del Rey, mas no de Pizarro, y dio por nombre Nueva Extremadura. Luego continuó hasta el valle del Mapocho, adonde llegó en diciembre de 1540.

A partir de las informaciones recibidas de los indígenas del Perú y las noticias aportadas por los compañeros de Almagro, Valdivia había resuelto que su primera población habría de levantarse en ese lugar. La nueva ciudad, fundada oficialmente el 12 de febrero de 1541, recibió en nombre de Santiago del Nuevo Extremo. Situada a orillas del mismo río y al pie del cerro Huelén, rebautizado Santa Lucía, tenía las ventajas de un clima benigno, una población indígena abundante, pero no al extremo de llegar a constituir un peligro, una agricultura en buen pie en los terrenos vecinos y una cierta cercanía a la costa de manera que los socorros pudieran llegar con facilidad.

Valdivia convocó a los indios y les hizo saber de su propósito de establecerse. Estos toleraron por entonces la presencia de los españoles, siendo que aún no habían cosechado sus sembrados. Sabiendo que los naturales enviaban tributo en oro al inca, Valdivia logró averiguar que éste se extraía de los lavaderos del estero Marga-Marga y consiguió que el cacique local le proporcionara indios para su explotación. Por el mismo tiempo, dispuso la construcción de un bergantín en la desembocadura del río Aconcagua, vecino a los lavaderos, con el fin de asegurarse la comunicación con el Perú.

A medida que avanzaba la recolección de las cosechas, los indios aumentaban sus bravatas, diciendo que los matarían a todos como lo habían hecho los almagristas con Francisco Pizarro en el Perú. Esta noticia, que se anticipaba a los hechos mismos, generó desconcierto y Valdivia se aprovechó de ella para librarse de la dependencia de Pizarro. Contando con el apoyo de sus amigos en el Cabildo de la ciudad, el conquistador presentó su renuncia ante dicho cuerpo, argumentando que con la muerte de éste había cesado su mandato. El Cabildo procedió a nombrarlo gobernador hasta que Su Majestad proveyera el cargo, lo que Valdivia terminó por aceptar, no sin antes fingir rechazo.

La temida rebelión de los indios comenzó con el ataque a los españoles a cargo de las faenas en los lavaderos de oro y la destrucción del bergantín en construcción. La amenaza de los indios se sumó a una conspiración contra Valdivia para reemplazarlo por Pero Sancho de Hoz. La conjura fue detectada aunque sólo se castigó a unos pocos, por la necesidad de conservar las escasas fuerzas. Esta misma falta de gente impidió a Valdivia castigar a los indios y debió disimular ante ellos. El asalto a Marga-Marga fue el preludio del ataque e incendio de Santiago el 11 de septiembre de 1541, mientras Valdivia estaba ausente en una campeada contra los indios. El asalto fue rechazado, pero las chozas de paja, que no eran otra cosa las viviendas levantadas, quedaron totalmente destruidas. Más grave aún fue la pérdida de los alimentos: sólo se salvaron dos almuerzas de trigo, tres puercos y dos aves de corral.

Avisado del desastre, Valdivia regresó al poblado en ruinas. Si el propósito de los indios era obtener el regreso de los españoles al Perú, no lo lograron. La retirada habría sido difícil sin sucumbir en manos de los rebeldes, pero lo decisivo fue la resolución de Valdivia de no abandonar la conquista. Se debió empezar de nuevo. Valdivia despachó a Alonso de Monroy y cuatro jinetes a pedir refuerzos al Perú, a la vez que se iniciaba la lenta reconstrucción de las viviendas. Los animales, machos y hembras, así como los granos de trigo, fueron dedicados a la reproducción.

Siguieron tiempos muy duros para la naciente fundación, antes de que llegaran los primeros auxilios a bordo de la Santiaguillo en septiembre de 1543. La nave, equipada por Diego García de Villalón y Lucas Martínez Vegazo traía a bordo a Francisco Martínez, el socio de Valdivia, quien al enterarse del estado de la empresa, optó por disolver la sociedad a cambio de una encomienda de indios cerca de Santiago. En diciembre del mismo año, regresaba a Santiago Alonso de Monroy con un refuerzo de setenta españoles.

La llegada de este contingente dio mayor seguridad a la colonia y permitió a Valdivia distraer algunos hombres al mando de Juan Bohón para hacer una fundación en el norte del territorio y así mantener abierta la comunicación con Perú. La nueva población, fundada en el verano de 1544, tomó el nombre de La Serena, en honor a la patria de Valdivia.

Con el arribo de la San Pedro al mando de Juan Bautista Pastene en la primavera de 1544, Valdivia pudo contar con los medios para la exploración del litoral hacia el sur hasta el estrecho de Magallanes. Nombrado teniente y capitán general de la Mar, Pastene, a la cabeza de una escuadrilla formada por la Santiaguillo y la San Pedro, recorrió la costa hasta la bahía de San Pedro hasta los 41°, donde tomó posesión de la tierra.

Los refuerzos recibidos también permitieron a Valdivia avanzar más allá de los límites del río Cachapoal, pero resultaban insuficientes para emprender la conquista de las tierras del sur, como lo demostró la expedición hasta el Biobío realizada en el verano de 1546. Consciente de ello, Valdivia había enviado a Monroy y Pastene al Perú en busca de auxilios. Para favorecer este empeño envió 70.000 pesos en oro, logrado con el trabajo de los yanaconas en los lavaderos y tomado en parte de los vecinos en calidad de préstamo forzoso. Acompañaba a los anteriores Antonio de Ulloa que había conseguido licencia para regresar a España para recibir una herencia, a través de quien Valdivia escribió una carta al emperador Carlos V en la que daba cuenta de lo realizado y solicitaba la ratificación del título de gobernador que le otorgara el Cabildo de Santiago (4 de septiembre de 1545).

En sus salidas por las tierras del Chile central, Valdivia pudo apreciar que la guerra de recursos que habían llevado a cabo los indígenas para obligar a los españoles a abandonar el territorio, también había repercutido sobre los naturales. A los efectos del hambre y las enfermedades se sumaba la huida de muchos indios hacia el sur, una migración que los españoles intentaron frenar. Durante los duros tiempos que siguieron al incendio de Santiago, Valdivia había repartido sesenta encomiendas de indios en territorios no sometidos, como una forma de mantener el ánimo de los pobladores. La sensible disminución de la población indígena en la zona controlada por los españoles obligó a efectuar un nuevo reparto de encomiendas, reduciendo el número de éstas a treinta y dos. El resultado fue el descontento de los perjudicados que dio lugar a una nueva revuelta contra Valdivia, encabezada por Pero Sancho de Hoz, la que fue prontamente sofocada.

La conjura tenía ramificaciones en el Perú, donde los enemigos de Valdivia habían tratado de llevar refuerzos para apoyar a Pero Sancho. Favorecía su propósito la muerte de Monroy en Lima y la rebelión de Gonzalo Pizarro contra el representante del Monarca. Antonio de Ulloa, unido a Lorenzo de Aldana, su pariente y jefe del destacamento pizarrista en Lima, había logrado que se incautaran los dineros enviados por Valdivia y la nave de Pastene. Este último, empero, venciendo mil obstáculos, terminó por conseguir un navío y llevar refuerzos a Chile.

Informado de lo sucedido y vista la delicada situación existente en el Perú, Valdivia estimó conveniente pasar allí personalmente para consolidar su posición y reunir más hombres. Una vez más era necesario llevar todo el oro disponible y recurrió para ello al engaño. Hizo saber a los españoles que autorizaría la salida de todo aquel que quisiera volver al Perú o España, lo que hasta entonces no había permitido. Se les autorizaba para sacar todo el oro que quisieran, haciéndose un registro de las cantidades que pertenecían a cada cual. Cuando todo estaba dispuesto para zarpar, Valdivia se dirigió a Valparaíso e invitó a los viajeros a un almuerzo en tierra. En un momento, eludió a los comensales y se embarcó en forma subrepticia, zarpando de inmediato, sin que los engañados alcanzaran a impedirlo.

Quedaba en su lugar Francisco Villagra como teniente de gobernador, quien debió enfrentar un nuevo intento de Pero Sancho de Hoz para apoderarse del gobierno de Chile. Enterado de la conspiración, Villagra no tuvo los mismos miramientos que Valdivia y lo hizo ejecutar. Este último se enteró de los hechos antes de alejarse de las costas chilenas.

En Tarapacá, Valdivia se informó de la victoria de Gonzalo Pizarro sobre Diego Centeno, que había permanecido leal al Rey. También supo que el licenciado Pedro de la Gasca, encargado de la pacificación del Perú, con el rango de presidente de la Audiencia, ya estaba en Lima, y se preparaba para dirigirse a Cuzco con su ejército para enfrentar a Pizarro. Valdivia alcanzó a La Gasca en Andaguaylas, cuando ya había partido de Lima, y se unió a sus fuerzas con el rango de capitán. Más gravitante que el contingente que lo acompañaba era la experiencia militar de Valdivia, debidamente valorada por el representante del Monarca, quien lo incorporó a su estado mayor.

Cuando Valdivia fue a darle cuenta luego de la victoria de las fuerzas leales en Jaquijaguana, el presidente lo recibió afectuosamente: “¡Ah señor gobernador, que Su Majestad os debe mucho!”. Era la primera vez que lo llamaba por su título. Este reconocimiento se formalizó mediante una provisión de 18 de abril de 1548 por la cual La Gasca lo designó en el cargo en nombre del Rey, a la vez que fijó los límites de su jurisdicción, desde Copiapó hasta los 41° de latitud sur y 100 leguas desde la costa hasta el interior. La gobernación sólo alcanzaba hasta la zona explorada, lo que contrariaba las expectativas de Valdivia, que pretendía las tierras hasta el estrecho de Magallanes.

Valdivia reclutó gente y consiguió tres naves, con las cuales se dirigió a Arequipa para recoger a otro contingente de hombres y proseguir con ellos a Chile. Estaba en Arica cuando recibió órdenes de La Gasca de regresar a Lima para responder a diversas acusaciones que le habían formulado sus enemigos. Aunque pudo haber resistido, Valdivia estimó prudente regresar. Los cargos, un total de cincuenta y siete, incluían el haber dado muerte a Pero Sancho de Hoz, su usurpación del gobierno y su conducta despótica, el robo del oro a los colonizadores y la arbitrariedad en la asignación de encomiendas. No fue difícil para Valdivia refutar las acusaciones, favorecido por la buena disposición de La Gasca, que valoraba su acatamiento a la autoridad real. Al poco tiempo, fue autorizado para volver a Chile, sin perjuicio de ordenarle que se separara de Inés Suárez, de pagar el dinero arrebatado a los vecinos, y de cuidar la forma de hacer repartimientos en el futuro.

Su llegada a Chile con un numeroso contingente permitió afianzar la conquista. Valdivia encargó a Francisco de Aguirre la refundación de La Serena, que había sido destruida por los indios (agosto de 1549), y mandó a Francisco Villagra al Perú en busca de más gente. El ansiado avance hacia el sur, empero, se vio demorado hasta la primavera de ese año, por las complicaciones de una caída de caballo y una enfermedad que tuvo a Valdivia cercano a la muerte.

Valdivia y un contingente de hombres llegaron a las márgenes del Biobío, que lograron atravesar pese a la resistencia de los naturales, avanzando luego hacia la costa bajo la atenta vigilancia de éstos. Un ataque nocturno al campamento de los españoles en Andalién el 22 de febrero de 1550 fue rechazado con dificultad. Su emplazamiento fue trasladado a un paraje en la ribera norte del río junto a la bahía de Concepción, donde fundaron el fuerte de Penco. La llegada de refuerzos por mar permitió explorar el territorio y lograr promesas de paz y amistad con los indios. Al amparo de este fuerte fue surgiendo un caserío que pasó a ser la ciudad de Concepción, fundada oficialmente el 5 de octubre de 1550. Se instituyó un Cabildo, se repartieron solares y se concedieron diversas encomiendas sobre la numerosa población indígena.

Concepción debía ser la primera de una serie de ciudades que extendieran el dominio de España hacia el sur. Valdivia escribió al Monarca el 15 de octubre de ese año, pidiendo que se ampliara su gobernación hasta el estrecho de Magallanes, que consideraba el límite natural de la misma. A la vez, solicitaba diversas otras mercedes en compensación por los crecidos gastos en que había incurrido en la conquista de Chile.

El reconocimiento de las tierras más al sur prosiguió en los meses siguientes. Valdivia remontó el río Cautín y fundó un fuerte junto a su confluencia con el río Damas, que tomó el nombre de La Imperial por las figuras que adornaban las chozas de los indios, que se asemejaban a águilas bicéfalas. Al comenzar el invierno regresó a Concepción, adonde llegó también Francisco Villagra trayendo importantes refuerzos de hombres y caballos.

Lo precario del dominio español en la zona y la amenaza latente de una sublevación indígena hacían recomendable consolidar la conquista antes de efectuar otras poblaciones. Sin embargo, la abundancia de población nativa susceptible de ser dada en encomienda, y la presión de los españoles por beneficiarse del trabajo indígena era un acicate demasiado fuerte para ser resistido.

En el verano siguiente Valdivia inició una nueva campaña al sur. Se dirigió primero al fuerte de La Imperial para levantar allí una ciudad, cuya fundación fue formalizada el 16 de abril de 1552. Las setenta y cinco encomiendas repartidas en esa oportunidad, incluyendo una para el propio Valdivia, eran riquísimas y algunos encomenderos de Santiago hicieron dejación de las suyas para tomar otras allí.

Avanzó luego hasta el río Calle-Calle, a cuyas orillas se efectuó otra fundación el 9 de febrero de 1552, la que recibió el nombre de Valdivia. También aquí la población indígena era abundante, lo que permitió conceder no menos de ochenta y ocho repartimientos. Ese mismo verano y por encargo del gobernador, Jerónimo de Alderete avanzó al interior en busca de un paso a través de la cordillera, para luego fundar un poblado a orillas del lago Mallalauquén bautizado Villa Rica en alusión a las minas de oro y plata en la zona. Entretanto, Valdivia continuó con la exploración del territorio hacia el sur hasta alcanzar el seno de Reloncaví, antes de regresar a Concepción antes de la llegada del invierno.

A fines de 1552, Valdivia envió a Alderete a España como su apoderado en la Corte. Éste llevaba el encargo de obtener la ampliación de su gobierno, un título nobiliario y el hábito de Santiago, además de otras mercedes para sí y sus compañeros. A la vez llevaba el encargo de Valdivia de traer a Chile a su legítima mujer y algunos parientes, a los cuales enviaba una importante suma de dinero.

Apresurado en afianzar su dominio en los términos de su gobernación, Valdivia mandó a Francisco de Aguirre al otro lado de la cordillera de los Andes a la altura de La Serena, adonde se había establecido otra partida de españoles. A su vez, despachó a Francisco Villagra al sur en diciembre de 1552 para que explorara las tierras de la otra parte de la cordillera y, más tarde para que avanzara hasta el estrecho de Magallanes. Con este último propósito, Valdivia organizó también una expedición marítima encomendada a Francisco de Ulloa para reconocer y explorar dicho paso de mar, que zarpó de Concepción en noviembre de 1553.

La puesta en explotación de los lavaderos de oro en Quilacoya, cerca de Concepción, parecían otorgar a Valdivia la riqueza por tanto tiempo anhelada. Sin embargo, se apreciaban indicios de desasosiego entre los indios, que hacía peligrar lo conquistado. El ataque al fuerte de Tucapel en diciembre de 1553, obligó a la guarnición a retirarse a Purén, desde donde los españoles solicitaron auxilio a La Imperial. Enterado Valdivia de los sucesos, se dirigió desde Concepción a Quilacoya, donde hizo levantar un fortín. Aquí recibió un mensaje de Juan Gómez de Almagro, quien había conducido con refuerzos desde La Imperial a Purén, avisando que había logrado rechazar un asedio de los indios. Valdivia lo citó para reunirse con un contingente de hombres en Tucapel el día de Navidad para repoblar dicho fuerte, pero advirtiéndole de no desproteger a Purén. Las noticias de un inminente ataque, propaladas por los indios, hicieron que Gómez de Almagro demorara en un día su partida. Así divididas las fuerzas españolas, por estrategia de Lautaro, otrora caballerizo de Valdivia que había huido de los españoles para unirse a su gente, Valdivia acudió a la cita. El gobernador y su gente fueron atacados por sucesivos contingentes de indígenas hasta que, agotados tras horas de combate, sucumbieron a manos de sus enemigos.

Obras

Cartas de Pedro de Valdivia que tratan del descubrimiento y conquista de Chile, ed. facs. dispuesta y anotada por J. Toribio Medina, Sevilla, Est. Tipográfico de M. Cardona, 1929 (intr. de J. Eyzaguirre, Santiago de Chile, Fondo Histórico y Bibliográfio de José Toribio Medina, 1953

Cartas de relación de la conquista de Chile, ed. crítica de M. Ferreccio Podestá, Santiago de Chile, Editora Universitaria, 1970).

Bibliografía

C. Errázuriz, Historia de Chile. Pedro de Valdivia, Santiago, Imprenta Cervantes, 1912, 2 vols.

J. Eyzaguirre, Ventura de Pedro de Valdivia, Santiago, Zig-zag, 1963 (6.ª ed.)

G. de Vivar, Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reinos de Chile (1558), ed. de L. Sáez-Godoy, Berlín, Colloquium Verlag, 1979

S. Villalobos, Historia del Pueblo Chileno, t. I, Santiago, Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, 1980

C. Pumar Martínez, Pedro de Valdivia, fundador de Chile, Madrid, Anaya, 1988

A. de Góngora Marmolejo, Historia de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile y de los que lo han gobernado (1536-1575), Santiago, Ediciones de la Universidad de Chile, 1990

L. León Solís, La merma de la sociedad indígena en Chile central y la última guerra de los Promaucaes, 1541-1558, St. Andrews (Scotland), Institute of Latin American Studies. University of St. Andrews, 1991

G. Guarda, Una ciudad chilena del siglo XVI. Valdivia 1552-1604, Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile, 1993

G. Larraín Valdés,‘Pedro de Valdivia. Biografía, Santiago, Editorial Luxemburgo, 1996

I. Vázquez de Acuña García del Postigo, Historia Naval del Reino de Chile, 1520-1826, Valparaíso, Compañía Sudamericana de Vapores, 2004.


miércoles, 26 de febrero de 2020

Fundación de Santiago de Chile.



La fundación de Santiago fue el primer hito importante en el proceso de colonización española de Chile, ya que la ciudad fue el punto de partida de las expediciones que iniciaron el reconocimiento y la ocupación de nuevos territorios.

La fundación de Santiago fue el primer hito importante en el proceso de colonización española de Chile, ya que la ciudad fue el punto de partida de las expediciones que iniciaron el reconocimiento y la ocupación de nuevos territorios. El 12 de febrero de 1541 Pedro de Valdivia escogió asentarse en el valle del río Mapocho, pues consideraba que la numerosa población indígena que allí habitaba, era demostración evidente del provecho agrícola de sus tierras. Para garantizar la provisión de agua y su protección, la villa fue levantada entre dos brazos del río y al amparo del cerro Huelén, desde cuya cumbre se podía advertir cualquier movimiento hostil en un amplio perímetro.

La planta fue trazada en forma de damero, siguiendo el modelo tradicional del urbanismo hispano en América, comprendiendo ciento veintiséis manzanas regulares de ciento treinta y ocho varas de longitud, separadas por calles de doce varas de ancho. Al centro de la población se ubicó la plaza mayor, en cuyo contorno se edificó una capilla, algunas bodegas y las casas de los principales vecinos, para lo cual se recurrió a los materiales disponibles en el entorno, como madera, paja, piedras y barro.

Junto con el emplazamiento físico de la villa, los primeros colonos se organizaron políticamente en un Cabildo, institución española de origen medieval en la cual la comunidad confía la administración de la ciudad a los vecinos más importantes. Al inicio de la conquista y debido a la gran distancia de otros centros de poder y decisión, el Cabildo de Santiago asumió el gobierno de todo el territorio, con el objeto de enfrentar las dificultades políticas y militares que imponía la resistencia mapuche al avance de los conquistadores. Sin embargo, la designación de un gobernador por parte del rey de España relevó al ayuntamiento de sus responsabilidades ejecutivas y de planificación militar, depositándolas en este funcionario que, por residir en Santiago, otorgó a la ciudad la calidad de capital del reino.

Los primeros años del asentamiento fueron duros y esforzados. Las riquezas minerales eran escasas, los parajes cercanos no proporcionaban abundancia de alimentos y los indígenas se resistían tenazmente a someterse. El cacique Michimalonco atacó la ciudad de Santiago el 11 de septiembre de 1541, destruyendo el incipiente poblado y poniendo en peligro todo el proceso de ocupación hispana.

Sin embargo, transcurridos diez años de su fundación, Santiago logró consolidar su posición gracias a que la habilitación de un puerto en la bahía de Valparaíso le permitió recibir, con mayor frecuencia, refuerzos y provisiones desde el Perú, mientras que, como consecuencia del afianzamiento de la ocupación hispana en las cuencas de Aconcagua, Maipo y Cachapoal, el enfrentamiento con los indígenas se trasladó varios kilómetros hacia el sur. Estas condiciones permitieron a los santiaguinos disfrutar de mayor tranquilidad y disponer de más tiempo y recursos para invertir en el adelanto de la ciudad.

El rey de España reconoció estos progresos que posibilitaron el regular funcionamiento de las instituciones coloniales y concedió a Santiago el título de ciudad y un escudo de armas el 5 de abril de 1552.

Santiago colonial, A merced de las catástrofes naturales.

Al concluir el período colonial, Santiago ya ostentaba el rango de ciudad primada que mantiene hasta el presente, aunque su proceso de consolidación urbana fue extremadamente dificultoso. Esto, por las fatigas que supuso la interminable Guerra de Arauco...

Al concluir el período colonial, Santiago ya ostentaba el rango de ciudad primada que mantiene hasta el presente, aunque su proceso de consolidación urbana fue extremadamente dificultoso. Esto, por las fatigas que supuso la interminable Guerra de Arauco, el escaso desarrollo económico del reino, así como las recurrentes catástrofes naturales -entre ellas terremotos y crecidas del río- que obligaron en varias ocasiones a reconstruir la ciudad desde sus escombros. Las primeras seis décadas que siguieron a su fundación, en 1541, estuvieron marcadas por los rasgos militares del asentamiento y por una constante sangría de población, puesto que sus habitantes debieron contribuir a la conquista del Reino de Chile formando milicias y acudiendo como pobladores a todas las nuevas fundaciones.

Paradójicamente, la contundente derrota experimentada por las armas españolas en 1598, derivó en el afianzamiento demográfico de Santiago, ya que buena parte de los vecinos que habían logrado huir de las siete ciudades destruidas por los mapuches al sur del río Bio-Bío, se radicaron en Santiago, permitiendo la extensión de su tramado hacia el norte del río Mapocho y dando lugar a la formación del barrio La Chimba. Luego, otra tragedia -la avenida del Mapocho en 1609- impulsó al Cabildo a realizar las primeras inversiones de envergadura en la creación de infraestructura para la ciudad, como fueron la construcción de los primeros tajamares es para contener las crecidas del río, y de un acueducto que traía agua limpia desde la quebrada de San Ramón. Así, al comenzar la tercera década del siglo XVII, Santiago había dejado atrás los rasgos de precariedad propios de los primeros tiempos, ostentaba algunas edificaciones de cierta importancia y a su alrededor tenían lugar actividades productivas que permitían el arraigo de la población.

Pero no obstante el progreso económico del reino, el entusiasmo de sus habitantes y la actividad de las autoridades, permitieron el desarrollo material de Santiago, el destino infausto no se apartó de su vida urbana, ya que hasta mediados del siglo XVIII, cada temblor de la tierra y cada avenida del río, causaban graves daños a la ciudad y arrancaban la vida de muchos vecinos. Esta extrema fragilidad sólo fue remediada una vez que los principios de la Ilustración fueron aplicados en la construcción de nuevos edificios mediante técnicas fundamentadas en principios científicos. El mejor ejemplo de ello es la obra del arquitecto italiano Joaquín Toesca, que aún tenemos a la vista.


Cronología.
 

1541 12 de Febrero. Fundación oficial de Santiago por Pedro de Valdivia

1553 Octubre. Fundación del primer hospital Santiago

1574 Julio. Inundación de Santiago causada por el río Mapocho

1613 Construcción del primer tajamar obra de Ginés de Lillo

1618 Terminación de las obras de la iglesia de San Francisco

1621  Enero. Desbordamiento del río Mapocho

1640 Terminación de las obras del primer edificio del Cabildo de Santiago

1647 13 de Mayo. Devastador terremoto en Santiago, conocido como el "terremoto magno"

1678  Marzo. Se inicia la construcción de los nuevos tajamares del río Mapocho y del primer puente sobre el mismo

1679 Mayo. Conclusión del segundo edificio para el Cabildo

1715 Junio. Conclusión del nuevo edificio para Casa de Gobierno y Audiencia

1730 Julio. Terremoto con graves perjuicios en Santiago

1742 Inicio de las obras del canal de Maipo o San Carlos

1747 Inicio de la construcción de nuevos tajamares del río Mapocho

1747 Julio. Crecida del río Mapocho

1748 Inicio de la construcción de la segunda catedral de Santiago

1756 Junio. Inicio de la construcción de la Universidad de San Felipe

1767 Junio. Inicio de la construcción del puente de Cal y Canto

1771 Inauguración de la iglesia de Santo Domingo

1779 Junio. Entrega del puente de Cal y Canto al uso público

1783 Junio. Desbordamiento grande del río Mapocho con graves perjuicios

1790  Febrero. Inauguración del edificio definitivo para el Cabildo

1797 Entrega al uso público del camino carretero de Santiago a Valparaíso.

1800 Marzo. Inauguración del nuevo edificio del hospital San Juan de Dios

1804  Entrega de los nuevos tajamares del Mapocho

1805 Término del edificio para Casa de Moneda

1813  Fundación de la Biblioteca Nacional

1813  Agosto. Fundación del Instituto Nacional




martes, 25 de febrero de 2020

Gobierno Metropolitano de Santiago.

core metropolitano.

Introducción.

Los gobiernos regionales (GORE) son los órganos públicos encargados de la administración superior de cada una de las regiones de Chile, y que tienen por objeto el desarrollo social, cultural y patrimonio propio. Tienen su sede en la ciudad capital de la respectiva región.

Los gobiernos regionales están constituidos por dos órganos: por el gobernador, es la autoridad elegida por voto popular mediante sufragio universal por cuatro años; y por el consejo regional, compuesto de consejeros elegidos por sufragio universal, en votación directa, por períodos de cuatro años, y que pueden ser reelegidos.


El consejo regional  Metropolitana. 



El consejo regional  Metropolitana de Santiago es un órgano de carácter normativo, resolutivo y fiscalizador, dentro del ámbito propio de competencia del Gobierno Regional, encargado de hacer efectiva la participación de la ciudadanía regional y ejercer las atribuciones que la ley orgánica constitucional respectiva le encomienda. 
Está integrado por 34 consejeros elegidos por sufragio universal en votación directa, en las 11 circunscripciones en que se divide la región, que duran 4 años en sus cargos y pueden ser reelegidos. El consejo regional, por mayoría absoluta de sus integrantes en ejercicio, elige un presidente de entre sus miembros.
 El presidente del consejo dura cuatro años en su cargo y cesa en él en caso de incurrir en alguna de las causales de cese en cargo de consejero regional, por remoción acordada por los dos tercios de los consejeros regionales en ejercicio o por renuncia aprobada por la mayoría de estos.

Listado de consejeros regionales.

El consejo regional está compuesto por:
Ciudad de Santiago. (22)

La provincia y ciudad de Santiago se dividirá en seis circunscripciones provinciales, que son las siguientes:
Santiago I Norponiente.
Comunas de Conchalí, Huechuraba, Pudahuel, Quilicura y Renca.
3 consejeros.
Santiago II Centro.
Comunas de Cerro Navia, Independencia, Lo Prado, Quinta Normal, Recoleta y Santiago.
4 consejeros.
Santiago III Poniente.
Comunas de   Cerrillos, Estación Central y Maipú.
3 consejeros.
Santiago IV Nororiente 
Comunas de   La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Ñuñoa, Providencia y Vitacura.
4 consejeros.
Santiago V Suroriente
Comunas de La Florida, La Granja, Macul, Peñalolén y San Joaquín.
4 consejeros
Santiago VI Sur
Comunas de El Bosque, La Cisterna, La Pintana, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y San Ramón.
4 consejeros.

Provincias suburbanas. (12)

Las provincias suburbanas de la región metropolitana, son las siguientes:
Cordillera
3 consejeros
Maipo
3 consejeros
Chacabuco
2 consejeros
Melipilla
2 consejeros
Talagante
2 consejeros

Las zonas rurales tienen 35,2 por ciento del consejo regional de Santiago.

Opinión personal sobre la  elección directa de los consejeros regionales.

Cuando los consejeros son elegidos por la ciudadanía regional, serán objeto de un mayor control de la opinión pública regional y se abrirá una oportunidad para que los habitantes metropolitano se interesen más en el gobierno metropolitana. EL PERFECCIONAMIENTO de la democracia y la profundización de la regionalización son dos de los efectos más importantes de esta reforma política.

Los ciudadanos tienen pocas noticias y un vago conocimiento del papel decisivo que cumplen los CORE Metropolitano en el gobierno metropolitano. Y esto ocurrió, principalmente, porque éstos no fueron elegidos directamente por habitantes de regiones, sino por los concejales de los municipios de cada región.
Para comprender su relevancia, basta saber que algunas de sus atribuciones son aprobar el presupuesto regional, asignar los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), ratificar reglamentos regionales y fiscalizar a los intendentes como autoridad ejecutiva de la Región. Su función es hacer efectiva la participación de la ciudadanía regional.
Este proceso de reforma política en pos de la elección directa de los cores se inició en 2009, cuando se aprobó una reforma constitucional para concretarla.  
Actualmente son  elegidos por circunscripciones provinciales, mediante un sistema proporcional.
La primera  elecciones fueron  el 17 de noviembre de 2013.



6.-La comuna de Quinta Normal.

Escudo de Armas Quinta Normal es una comuna ubicada en el sector norponiente de la ciudad de Santiago , capital de Chile. Fue fundada en 19...