Santiago de Chile. |
Mi vivencia en Santiago. He vivido 50 años en la ciudad de Santiago, me formé y me eduque, y ejercido mi profesión de Abogado. Viví mi infancia y adolescencia durante el gobierno militar de las Fuerzas Armadas y del Orden, que adoptó muchas reformas estructurales como fueron: la regionalización del país; un modelo económico neoliberal y el rol de organizador de la economía pasa del Estado al mercado; La municipalización de los servicios públicos, y creación de nuevas comunas en la ciudad de Santiago, que paso tener 32 comunas; En 1979 se modifica el plan regulador, extendiendo el radio urbano a más de 62.000 ha para el desarrollo inmobiliario, provocando una nueva expansión descontrolada de la ciudad, llegando a las 40.619 ha de extensión a comienzos de los años 1990, especialmente en la comuna de La Florida, que en el censo de 1992 se convirtió en la comuna más población del país, con 328.881 habitantes. El Metro de Santiago, cuya primera etapa correría bajo el tramo occidental de la Alameda y que sería inaugurada en 1975, se convertiría en una de las construcciones más prestigiosas de la ciudad y en los años siguientes seguiría expandiéndose, llegando a dos líneas perpendiculares a fines de 1978. Durante mi infancia tuve la vivencia del terremoto azotó del 3 de marzo de 1985, que aunque causó escasas víctimas, dejó numerosos damnificados y destruyó muchas edificaciones de adobe en el área central de Santiago. Con el inicio de Gobierno de la Concertación de los Partidos Políticos en 1990, la ciudad de Santiago ya sobrepasaba los cuatro millones de habitantes, que habitaban preferentemente en la zona sur: La comuna de La Florida era seguida en número de habitantes por la ciudad satélite de Puente Alto y la comuna de Maipú. El desarrollo inmobiliario en estas comunas y otras como comunas de Quilicura y Peñalolén se debió en gran medida a la construcción de conjuntos habitacionales para familias de clase media. En tanto, las familias de altos ingresos avanzaron hacia la precordillera y el llamado Barrio Alto, a las comunas de La Reina, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, y también hacia la zona norte de ciudad de Santiago, específicamente a la comuna de Huechuraba. Por otro lado, si bien la pobreza comenzó a bajar considerablemente, se mantuvo la fuerte dicotomía entre la pujante urbe globalizada y los barrios marginales dispersos a lo largo de la capital. La zona de avenida Providencia, en la comuna de mismo nombre, se consolidó como un importante eje comercial en el sector oriente y hacia los años 1990, este desarrollo se extendió al Barrio Alto que se convirtió en un atractivo polo para la construcción de edificios de gran altura. Las principales empresas y corporaciones financieras se establecieron en la zona, dando origen a un moderno y pujante centro empresarial conocido como Sanhattan. La partida de estas empresas al Barrio Alto y la construcción de centros comerciales alrededor de toda la ciudad, provocaron una crisis en el casco histórico de Santiago, el cual debió reinventarse: sus principales calles comerciales se convirtieron en paseos peatonales, como el paseo Ahumada, y se instituyeron beneficios tributarios para la construcción de edificios residenciales, atrayendo principalmente a jóvenes adultos. En estos años, la ciudad comenzó a enfrentar una serie de problemas generados por el desordenado crecimiento experimentado. La contaminación atmosférica alcanzó niveles críticos durante los meses de invierno y una capa de esmog se instaló sobre la ciudad, por lo que las autoridades debieron establecer medidas legislativas para las industrias y la restricción vehicular a los automóviles. A eso se sumó que la gran extensión de la ciudad hizo colapsar el sistema de transporte con tacos en todas las comunas. El Metro debió ser ampliado considerablemente extendiendo sus líneas y creando tres nuevas líneas entre 1997 y 2006 en el sector suroriente, mientras una nueva extensión hacia comuna de Maipú fue inaugurada en 2011, dejando al ferrocarril metropolitano con una longitud de 105 km. En el caso de los autobuses, el sistema sufrió una importante reforma a comienzos de los años 1990 con las llamadas "Micros Amarillas" y luego en 2007 con el establecimiento de un plan maestro de transportes conocido como Transantiago —actual Red Metropolitana de Movilidad—, el cual enfrentó una serie de problemas producto de una implementación brusca y deficiente que generó efectos desfavorables en la vida cotidiana de los habitantes de la capital. El 27 de febrero de 2010, un fuerte terremoto afectó la capital, provocando diversos daños en edificios antiguos, este segundo gran terremoto que tengo vivencia. Tras el terremoto, Santiago continuó con su acelerado desarrollo. Diversas autopistas urbanas fueron construidas, el Barrio Cívico fue renovado con la creación de la plaza de la Ciudadanía y inició la construcción de la Ciudad Parque Bicentenario para la conmemoración del bicentenario de la República. El desarrollo de la edificación de altura continuó en el sector oriente, lo cual culminó en la apertura de los rascacielos Titanium La Portada y Gran Torre Santiago en el complejo inmobiliario Costanera Center. En cuanto a la movilidad, la expansión del Metro llegó a los 140 km a comienzos de 2019, y 2023, llegó a 149 kilómetros; y está planificada la construcción de tres nuevas líneas para la década siguiente, tendrá longitud de 221 kilómetros. El metro de nueva york, como comparación tiene 435 km de vías en total. En toda la ciudad comenzó a construirse más edificios habitacionales que casas, En 2021 se inaugurará la nueva terminal del aeropuerto internacional y están en construcción los trenes de cercanía hacia la comuna de Lampa y la ciudad de Melipilla; Dos nuevas autopistas urbanas, Vespucio Oriente y Costanera Central, están en proceso de construcción. Pese a los esfuerzos de integración urbana, la desigualdad socioeconómica y la fragmentación geo social permanecen como dos de los problemas más importantes, tanto de la ciudad como del país. Estos problemas han sido considerados como uno de los factores que llevaron al «estallido social», una serie de protestas masivas realizadas entre 2019 y 2020 en contra del gobierno de Sebastián Piñera. Si bien las protestas fueron transversales en el país, estas se iniciaron en Santiago producto del aumento de la tarifa del Metro de Santiago y fue en esta ciudad donde se concentrarán las manifestaciones más grandes. Las protestas derivaron en un serio enfrentamiento civil, que llevó a miles de detenciones y acusaciones de violaciones. En tanto, las manifestaciones registraron graves episodios de violencia contra la infraestructura pública y privada, siendo el Metro de Santiago uno de los más afectados por estos episodios: más de la mitad de sus estaciones registraron daños (varias siendo parcialmente incendiadas) y recién once meses después la red volvió a operar con normalidad. El estallido social y pandemia del coronavirus tuvo impacto permanente en el centro de Santiago, muchos locales comerciales y oficinas del sector privado cerraron sus puertas para siempre. Las empresas, los bufetes de abogados o profesionales se trasladaron al barrio alto en forma definitiva. En el centro solamente se quedó las oficinas públicas y los tribunales de Justicia. En la década del 10 de este siglo, se inició proceso de la reforma política al Gobierno Regional, formado por el Gobernador, autoridad ejecutiva, y el consejo regional, asamblea representativa, encargaba de la administración superior de la región metropolitana. El año 2014 los 34 consejeros regionales son electos directamente por la ciudadanía metropolitana cada cuatro años por circunscripciones provinciales. El 15 y 16 de mayo de 2021, se realizó la primera elección del gobernador regional de la Región Metropolitana, saliendo elegido por ciudadanía metropolitana don Claudio Benjamín Orrego Larraín (Santiago, 20 de diciembre de 1966); Con esta reforma política, las regiones ya tienen una autoridad política, el gobernador, en caso del gobernador de Santiago, se convierte en dignatario público más importante de Chile, después del presidente de la Republica, jefe de la Región Metropolitana y ciudad de Santiago. Otro impacto importante en la Región metropolitana, es la llegada masiva de extranjeros, nunca visto en historia de la ciudad primada de Chile, un total de 1.625.074 personas extranjeras residen en Chile, de acuerdo con estimaciones al 31 de diciembre de 2022 elaboradas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) y otros órganos públicos. Las seis principales países de las personas extranjeras residentes en Chile se han mantenido en el tiempo. Así, en 2022 la gran mayoría proviene de Venezuela (32,8%), seguido por Perú (15,4%), Colombia (11,7%), Haití (11,4%), Bolivia (9,1%) y Argentina (4,9%), países que en su conjunto suman el 85,3% del total de población extranjera estimada. La Región Metropolitana alberga la mayor proporción de personas extranjeras, con 57,8% del total estimado para 2022, seguida de Antofagasta (6,7%) y Valparaíso (6,1%). Respecto a las comunas, al igual que en años anteriores se contabilizaron las mismas 42 comunas con 10.000 o más personas extranjeras, las que en conjunto agrupan 1.177.226 personas (72,4% del total). De esas comunas, 26 están en la Región Metropolitana, siendo Santiago la que tiene mayor proporción de personas extranjeras a nivel nacional (13,7% del total), seguida por Antofagasta (4,1%) y Estación Central (3,6%). El impacto cultural y demográfico en la ciudad es importante, ha provocado un cambio cultural, gastronómico y lingüístico, con la creación de grandes barrios étnicos en la urbe, por primera vez en la historia urbana. |

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