Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes |
Paseo Bandera (antiguamente calle de La Bandera o Bandera ) es un paseo del centro de la ciudad de Santiago, Chile, que inicia por el sur desde la Avenida Libertador General Bernardo O'Higgins y continua por el norte hasta el río Mapocho.
Origen del nombre
El nombre de esta calle se debe a Pedro Chacón y Morales, un conocido comerciante de Santiago que en 1817 tenía su tienda de banderas en la calle conocida como "Atravesada de La Compañía". Su tienda estaba ubicaba en la esquina de la "calle de los Huérfanos", hoy calle Huérfanos. Pedro Chacón, que era abuelo materno de Arturo Prat Chacón, izaba una bandera cada vez que había una victoria de las fuerzas independentistas, y de esta manera la calle fue siendo conocida como "la calle de la bandera".
El "Barrio Chino"
Barrio que albergaba a la bohemia literaria chilena de la época. Se extendía por la calle Bandera, desde la calle Compañía hasta la Estación Mapocho. En su mejor momento, numerosos bares, restaurantes y cabarés eran frecuentados por escritores, poetas y artistas —como Pablo Neruda, Juvencio Valle, Diego Muñoz, Alberto Valdivia, Rubén Azócar, Alberto Rojas Jiménez y Tomás Lagos—.
Extracto del libro "Chile o una loca geografía", de Benjamín Subercaseaux (1973, Ed. Universitaria):
"Estas calles de diversiones, como es la última cuadra de Bandera, tienen una variada apariencia, según las horas del día o de la noche.
A las diez, ya están abiertos los cabarets y se repletan los bares. Los avisos luminosos brillan afuera, como en un día de lluvia, sobre la calle y la acera recién lavada; pasa el regador nocturno y los ociosos deben abrirle cancha para no ser alcanzados por el chorro de su potente manguera. Por las puertas entreabiertas de los “dancings” salen bocanadas de música y de aire confinado, azuloso. Los tranvías pasan de tiempo en tiempo, con un ruido de fierros viejos y destemplados. En la esquina se establece algún muchacho que vende tortillas o pequenes. Sobre los paños blancos que envuelven su mercancía (como si fuera un enfermo en una mesa de operación) descansa un farolito con la vela encendida. Apenas se ve la pequeña llama entre los potentes focos eléctricos y los avisos luminosos, pero el farolito sigue encendido por costumbre. Recuerdo, tal vez, de la vieja bohemia santiaguina, de sus calles obscuras y el débil alumbrado del gas.
Así se mantiene la calle Bandera hasta la madrugada. Los tranvías dejan de circular poco a poco, y los grupos callejeros se tornan más comunicativos. Alguna reyerta estalla sobre el pavimento húmedo, que se cubre con sangre o con vino. No siempre es fácil distinguirlos.
Por fin, empalidecen el cielo y el entusiasmo de los trasnochadores; los focos se apagan; cesa la música y comienzan a circular los primeros tranvías. Pasan algunos obreros soñolientos que van a su trabajo, y miran cómo la escoba barre la orgía de esa noche que ellos no vieron".
Extracto del libro "Chile o una loca geografía", de Benjamín Subercaseaux (1973, Ed. Universitaria):
"Estas calles de diversiones, como es la última cuadra de Bandera, tienen una variada apariencia, según las horas del día o de la noche.
A las diez, ya están abiertos los cabarets y se repletan los bares. Los avisos luminosos brillan afuera, como en un día de lluvia, sobre la calle y la acera recién lavada; pasa el regador nocturno y los ociosos deben abrirle cancha para no ser alcanzados por el chorro de su potente manguera. Por las puertas entreabiertas de los “dancings” salen bocanadas de música y de aire confinado, azuloso. Los tranvías pasan de tiempo en tiempo, con un ruido de fierros viejos y destemplados. En la esquina se establece algún muchacho que vende tortillas o pequenes. Sobre los paños blancos que envuelven su mercancía (como si fuera un enfermo en una mesa de operación) descansa un farolito con la vela encendida. Apenas se ve la pequeña llama entre los potentes focos eléctricos y los avisos luminosos, pero el farolito sigue encendido por costumbre. Recuerdo, tal vez, de la vieja bohemia santiaguina, de sus calles obscuras y el débil alumbrado del gas.
Así se mantiene la calle Bandera hasta la madrugada. Los tranvías dejan de circular poco a poco, y los grupos callejeros se tornan más comunicativos. Alguna reyerta estalla sobre el pavimento húmedo, que se cubre con sangre o con vino. No siempre es fácil distinguirlos.
Por fin, empalidecen el cielo y el entusiasmo de los trasnochadores; los focos se apagan; cesa la música y comienzan a circular los primeros tranvías. Pasan algunos obreros soñolientos que van a su trabajo, y miran cómo la escoba barre la orgía de esa noche que ellos no vieron".
Actualidad
En la actualidad la paseo alberga importantes edificios históricos y entidades financieras del país. Ciertos tramos de la calle permanecen cerrados por la construcción de la Línea 3 del Metro de Santiago hasta el 19 de diciembre de 2017.
Construido en La Alameda, esquina Calle Bandera, en 1917 por el arquitecto Alberto Cruz Montt. La primera sede de este club social se encontraba originalmente en la calle Estado con Huérfanos, luego sería trasladado a la calle Bandera con Huérfanos, desde donde finalmente se trasladaría a la actual ubicación.
El Edificio de la Bolsa de Comercio de Santiago (1917) se encuentra en Bandera esquina Moneda. Este edificio de estilo neoclásico fue diseñado por el arquitecto Emile Jecquier, quién además es autor del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago y la Estación Mapocho (1913).
En el mismo edificio de la ex Real Casa de Aduanas (1807), hoy se encuentra uno de los principales museos de la capital. El Chileno de Arte Precolombino tiene una colección de 3.000 piezas del período precolombino de América. Se encuentra ubicado en la esquina de las calles Bandera y Compañía, a una cuadra de la Plaza de Armas.
El Palacio de los Tribunales de Justicia de Santiago se encuentra en calle Compañía, entre la calle Bandera y la calle Morandé.
Edificio del ex Congreso Nacional[
El Edificio del ex Congreso Nacional fue construido en 1876 en los mismos terrenos donde se encontraba la Iglesia de la Compañía. La iglesia jesuita fue destruida por un incendio en 1863.
El 20 de diciembre de 2017 la calle Bandera se transformó en un paseo peatonal donde fue inaugurado por el Alcalde de Santiago Felipe Alessandri junto al intendente Claudio Orrego y por las autoridades.
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