Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes |
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| Barrios de comuna de Santiago |
1.-Barrio 10 de Julio
El Barrio se ubica entre las calles 10 de julio, Vicuña Mackenna, Av. Matta y Santa Rosa.
Debe su nombre a la Batalla de Huamachuco, ocurrida el 10 de julio de 1883 en la cordillera de Los Andes, al norte de Perú. Allí se libró uno de los principales combates de la Guerra del Pacífico entre las fuerzas chilenas, al mando del coronel Alejandro Gorostiaga y las peruanas, bajo las órdenes del general Andrés Cáceres. El triunfo nacional y la capitulación del país incaico fueron sellados por el Tratado de Ancón.
Hoy, en el barrio se mezclan lo residencial y lo comercial, particularmente talleres de reparación y repuestos de automóviles. Hay pocos barrios de Santiago que se le asemejan. La calle posee una densa concentración de talleres mecánicos, hombres con overol caminando de un lado a otro, pequeños puestos de ventas y vecinos que llevan varias décadas de su vida lidiando con este rubro, el que se ha transmitido de generación en generación.
2.-Barrio Balmaceda
Comienza a configurarse a mediados del siglo XIX en unos terrenos ubicados entre el río Mapocho y la calle San Pablo. Llegó a convertirse en uno de los polos industriales de la ciudad, gracias a las numerosas maestranzas y talleres aglutinados a lo largo del trazado ferroviario que conectaba la Estación Mapocho con el Ferrocarril Longitudinal Norte.
Marcan su fisionomía, numerosos conventillos, cités y poblaciones construidas en el período de auge fabril (1880 y 1930). Entre estos destacan: los cités de Esperanza, Chacabuco, Matucana y la Población Cooperativa de Policías. Permanecen también en el sector aquellas instituciones que surgieron para colaborar y ayudar con la educación de los niños y jóvenes, como el Patronato de Andacollo, que cuenta entre sus ilustres voluntarios, con el Padre Alberto Hurtado.
El barrio conserva igualmente hitos urbanísticos asociados a ambiciosos proyectos de renovación urbana planificada y ejecutada por el Estado, como es la Remodelación Mapocho-Bulnes, cuya torre central fue por mucho tiempo el único edificio de altura del sector.
3.-Barrio Matta Norte
En no pocas ocasiones el carácter y la belleza de un barrio están ligadas a la capacidad que tiene éste para cautivar, generar emociones y recuerdos. Matta Norte posee esa virtud de los barrios antiguos, que se resisten porfiadamente a renegar de ese pasado que les da identidad.
Conformado en las postrimerías del siglo diecinueve, Matta Norte experimentó su época de auge y esplendor bohemio en la primera mitad del siglo XX, cuando se construyeron a lo largo de San Diego, teatros como Caupolicán y Cariola, que de una u otra manera han sabido evolucionar para perpetuar su rol como espacios de espectáculos.
Aunque constantes trasformaciones la han afectado, es innegable que calle San Diego también continúa siendo uno de los principales ejes comerciales de la comuna, concentrando reconocidas distribuidoras de bicicletas, numerosas tiendas de electrónica, imprentas, tiendas de instrumentos musicales y talleres automotrices.
Del mismo modo, avenida Matta conserva ese aire provinciano pausado, al que se aferra a pesar de que está destinada a convertirse en una de las arterias principales de la ciudad.
4.-Barrio Panama
Situado en la zona norponiente de la comuna, debe su nombre a la Plaza Panamá, ubicada entre calles Martínez de Rosas, Maturana y Delfina, que es centro de la actividad social del sector. La vida de sus vecinos se desenvuelve entre viviendas obreras de principios del siglo XX, departamentos de renovación urbana y el comercio.
Panamá es unos de los barrios santiaguinos que se vio separado del casco histórico con la construcción de la Autopista Central.
Identificado con la industria y el ferrocarril, tras el cierre de la Estación Mapocho en 1985, sufrió un importante abandono, llegando a convertirse en un basurero. Pero desde la inauguración del Parque de los Reyes, en 1992, ofrece un interesante panorama en el que destacan una pista de skate, una laguna, un centro deportivo, juegos infantiles y el tradicional persa “Parque de los Reyes”, el primero de su tipo en la ciudad, instalado sobre estructuras de las antiguas maestranzas.
Destaca entre los conjuntos habitacionales del barrio. la población Centenario, emplazada en un sector de conventillos construidos a fines del siglo XIX. A partir de 1905, este sector acogió viviendas de funcionarios de la Caja de Policías.
En la memoria de sus vecinos aún están presentes las jornadas en el Estadio de Carabineros, al otro lado del río; las celebraciones de Navidad y Fiestas Patrias en los pasajes y la presencia de los caballos de la policía en sus bebederos.
5.-Barrio Parque Almagro
Consolidado como uno de los grandes barrios al sur de la Alameda, Parque Almagro destaca por contar con proyectos urbanísticos de gran envergadura que fueron cambiando el rostro de la ciudad a principios del siglo XX, y que de alguna forma convirtieron a este sector en una zona de transición entre el frenético Centro Histórico y las áreas residenciales que se extienden hacia el sur de la comuna. Si lo recorremos hacia el sur-poniente, partiendo desde la centenaria Iglesia San Francisco, ingresaremos inmediatamente al Barrio París-Londres, complejo arquitectónico de marcada influencia europea construido en el espacio que alguna vez ocuparon los amplios patios y corredores del antiguo convento franciscano.
Algunas cuadras más al poniente llegamos a la Avenida Bulnes, eje central del Barrio Cívico, construido especialmente para contener las dependencias del aparato del Estado y diseñado para realzar la importancia y prestancia del Palacio de la Moneda.
Finalmente, al poniente de la Iglesia de los Sacramentinos - por muchas décadas uno de los edificios de mayor altura de Santiago-, se extiende el pulmón verde del Parque Almagro, zona de esparcimiento cotidiano y concentraciones masivas, que en su extremo poniente remata en el Palacio Cousiño, Monumento Nacional abierto al público e integrado en el circuito de espacios culturales administrados por la Municipalidad de Santiago.
6.-Barrio San Borja
Con una personalidad diversa marcada por universidades, sedes diplomáticas, enormes complejos hospitalarios y modernos desarrollos inmobiliarios, el Barrio San Borja cuenta con el privilegio de tener en su territorio, una de las experiencias de renovación urbana planificada más importantes de Chile y América Latina, como es la Remodelación San Borja, construida a fines de la década de 1960. Sus torres están integradas armónicamente en el entramado urbano y adecuadamente separadas para permitir la circulación de las masas de aire en invierno y verano, así como también, el ingreso de la luz por todos sus costados.
Sumado a lo anterior, el Parque San Borja –proyectado como parte integral de la Remodelación y ubicado al centro del conjunto-, entrega una necesaria cuota de jardines a los vecinos del barrio, ya sean estos residentes o integrantes de la importante población flotante constituida por los estudiantes de los campus universitarios aledaños.
7.-Barrio San Vicente
A fines del siglo XIX, en los arrabales situados al sur de Blanco Encalada, calle conocida en aquella época como el Camino de Cintura Sur, surgió el barrio San Vicente-San Eugenio. Desde un principio estuvo marcado por un carácter eminentemente popular y obrero.
En su territorio encontramos importantes hitos urbanos, que le otorgan diversidad y personalidad al barrio. Entre ellos destacan la Basílica del Perpetuo Socorro, que con su estilo neogótico y sesenta metros de altura, domina el sector poniente de la comuna; y la Vega Poniente, inaugurada en 1926, y que durante muchas décadas concentró gran parte de la distribución de la producción agrícola que ingresaba a la ciudad por esta zona. A lo anterior, se suman villas y poblaciones obreras como Antofagasta, Fresia, Gabriela Mistral, Sagrada Familia y Gabriel González Videla, levantadas a la par de numerosas fábricas y maestranzas, en la época de esplendor de los ferrocarriles y de la industria nacional, cuando el Estado con voluntad y vigor dirigía activamente el desarrollo del país.
2.-Barrio Balmaceda
Comienza a configurarse a mediados del siglo XIX en unos terrenos ubicados entre el río Mapocho y la calle San Pablo. Llegó a convertirse en uno de los polos industriales de la ciudad, gracias a las numerosas maestranzas y talleres aglutinados a lo largo del trazado ferroviario que conectaba la Estación Mapocho con el Ferrocarril Longitudinal Norte.
Marcan su fisionomía, numerosos conventillos, cités y poblaciones construidas en el período de auge fabril (1880 y 1930). Entre estos destacan: los cités de Esperanza, Chacabuco, Matucana y la Población Cooperativa de Policías. Permanecen también en el sector aquellas instituciones que surgieron para colaborar y ayudar con la educación de los niños y jóvenes, como el Patronato de Andacollo, que cuenta entre sus ilustres voluntarios, con el Padre Alberto Hurtado.
El barrio conserva igualmente hitos urbanísticos asociados a ambiciosos proyectos de renovación urbana planificada y ejecutada por el Estado, como es la Remodelación Mapocho-Bulnes, cuya torre central fue por mucho tiempo el único edificio de altura del sector.
3.-Barrio Matta Norte
En no pocas ocasiones el carácter y la belleza de un barrio están ligadas a la capacidad que tiene éste para cautivar, generar emociones y recuerdos. Matta Norte posee esa virtud de los barrios antiguos, que se resisten porfiadamente a renegar de ese pasado que les da identidad.
Conformado en las postrimerías del siglo diecinueve, Matta Norte experimentó su época de auge y esplendor bohemio en la primera mitad del siglo XX, cuando se construyeron a lo largo de San Diego, teatros como Caupolicán y Cariola, que de una u otra manera han sabido evolucionar para perpetuar su rol como espacios de espectáculos.
Aunque constantes trasformaciones la han afectado, es innegable que calle San Diego también continúa siendo uno de los principales ejes comerciales de la comuna, concentrando reconocidas distribuidoras de bicicletas, numerosas tiendas de electrónica, imprentas, tiendas de instrumentos musicales y talleres automotrices.
Del mismo modo, avenida Matta conserva ese aire provinciano pausado, al que se aferra a pesar de que está destinada a convertirse en una de las arterias principales de la ciudad.
4.-Barrio Panama
Situado en la zona norponiente de la comuna, debe su nombre a la Plaza Panamá, ubicada entre calles Martínez de Rosas, Maturana y Delfina, que es centro de la actividad social del sector. La vida de sus vecinos se desenvuelve entre viviendas obreras de principios del siglo XX, departamentos de renovación urbana y el comercio.
Panamá es unos de los barrios santiaguinos que se vio separado del casco histórico con la construcción de la Autopista Central.
Identificado con la industria y el ferrocarril, tras el cierre de la Estación Mapocho en 1985, sufrió un importante abandono, llegando a convertirse en un basurero. Pero desde la inauguración del Parque de los Reyes, en 1992, ofrece un interesante panorama en el que destacan una pista de skate, una laguna, un centro deportivo, juegos infantiles y el tradicional persa “Parque de los Reyes”, el primero de su tipo en la ciudad, instalado sobre estructuras de las antiguas maestranzas.
Destaca entre los conjuntos habitacionales del barrio. la población Centenario, emplazada en un sector de conventillos construidos a fines del siglo XIX. A partir de 1905, este sector acogió viviendas de funcionarios de la Caja de Policías.
En la memoria de sus vecinos aún están presentes las jornadas en el Estadio de Carabineros, al otro lado del río; las celebraciones de Navidad y Fiestas Patrias en los pasajes y la presencia de los caballos de la policía en sus bebederos.
5.-Barrio Parque Almagro
Consolidado como uno de los grandes barrios al sur de la Alameda, Parque Almagro destaca por contar con proyectos urbanísticos de gran envergadura que fueron cambiando el rostro de la ciudad a principios del siglo XX, y que de alguna forma convirtieron a este sector en una zona de transición entre el frenético Centro Histórico y las áreas residenciales que se extienden hacia el sur de la comuna. Si lo recorremos hacia el sur-poniente, partiendo desde la centenaria Iglesia San Francisco, ingresaremos inmediatamente al Barrio París-Londres, complejo arquitectónico de marcada influencia europea construido en el espacio que alguna vez ocuparon los amplios patios y corredores del antiguo convento franciscano.
Algunas cuadras más al poniente llegamos a la Avenida Bulnes, eje central del Barrio Cívico, construido especialmente para contener las dependencias del aparato del Estado y diseñado para realzar la importancia y prestancia del Palacio de la Moneda.
Finalmente, al poniente de la Iglesia de los Sacramentinos - por muchas décadas uno de los edificios de mayor altura de Santiago-, se extiende el pulmón verde del Parque Almagro, zona de esparcimiento cotidiano y concentraciones masivas, que en su extremo poniente remata en el Palacio Cousiño, Monumento Nacional abierto al público e integrado en el circuito de espacios culturales administrados por la Municipalidad de Santiago.
6.-Barrio San Borja
Con una personalidad diversa marcada por universidades, sedes diplomáticas, enormes complejos hospitalarios y modernos desarrollos inmobiliarios, el Barrio San Borja cuenta con el privilegio de tener en su territorio, una de las experiencias de renovación urbana planificada más importantes de Chile y América Latina, como es la Remodelación San Borja, construida a fines de la década de 1960. Sus torres están integradas armónicamente en el entramado urbano y adecuadamente separadas para permitir la circulación de las masas de aire en invierno y verano, así como también, el ingreso de la luz por todos sus costados.
Sumado a lo anterior, el Parque San Borja –proyectado como parte integral de la Remodelación y ubicado al centro del conjunto-, entrega una necesaria cuota de jardines a los vecinos del barrio, ya sean estos residentes o integrantes de la importante población flotante constituida por los estudiantes de los campus universitarios aledaños.
7.-Barrio San Vicente
A fines del siglo XIX, en los arrabales situados al sur de Blanco Encalada, calle conocida en aquella época como el Camino de Cintura Sur, surgió el barrio San Vicente-San Eugenio. Desde un principio estuvo marcado por un carácter eminentemente popular y obrero.
En su territorio encontramos importantes hitos urbanos, que le otorgan diversidad y personalidad al barrio. Entre ellos destacan la Basílica del Perpetuo Socorro, que con su estilo neogótico y sesenta metros de altura, domina el sector poniente de la comuna; y la Vega Poniente, inaugurada en 1926, y que durante muchas décadas concentró gran parte de la distribución de la producción agrícola que ingresaba a la ciudad por esta zona. A lo anterior, se suman villas y poblaciones obreras como Antofagasta, Fresia, Gabriela Mistral, Sagrada Familia y Gabriel González Videla, levantadas a la par de numerosas fábricas y maestranzas, en la época de esplendor de los ferrocarriles y de la industria nacional, cuando el Estado con voluntad y vigor dirigía activamente el desarrollo del país.
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